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Show 150 y a poco ticmpo las hab1an agotado. En ellugar hicieron una buena poblaciou con casas bi n labmdas y su templo, cultivaron los campos inmediato ; y asf, en la paz y en el trabajo, volvieron {~ aumentar ennumero. Onando por muerto · y acabados los tenia el rey de Oulhuacan, envi6Ies mcnsajeros para que si algunos bubiesen quedado, les preguntamn de su lJ:utc que talles iba cu el sitio que les ba,b1a dado. Llegados los mensajeres, eucontraron mny contentos a los azteca, levantados su templo y cn.sas, labraclas sus semeuteras, y los asadores y ollas llenos de culebras que de aJimento les s rvfan. Oumplieron su embajn.da, y los azteca contcstaron, que esta.ban agradccidos a ln.s mercedes del rey, y que esperaban que concediera el que entra en a comerciar a su ciudad y emparentasen con sus s(tbditos por matrimonio. Onentan que atemorizados los cnlhua con las nuevas de los mensajeros, consinti ron en lo que los azteca ped1an, y de ent6nces se trataron como llermanos y parientes. Era Tenoclt uno de aquellos espi:ritus grandes, que tienen confianza en lo porvenir porque ln. tienen en sf mismos, y quo sin arredrarse por los coutratiempos, marcllan a trav6s de ellos como entre senda pedregosa, hasta llegar al punto de su destine. Estos hombres son los padres de una nacionalidad, y su nom bre alcauza a ser el de la ciudad que fun dan y el emblema de un pueblo. Si atendemos a los datos del c6dice de 1\Ir. Aubin, Tenoch subi6 al supremo peeler sacerdotal y a ser tecuhtli de los azteca, cuatro aiios antes de que llegaran {t Ohapultepec, es decir, desde el aiio 1251, siguiendo la cronolog'ta del gerogHfico de Sigiienza . .Electo rey Huitzillhuitl, dej6 el poder, hn.sta que despues del desastre de Ohapultepcc y muerte de esc monarca, lo recobr6 durante la scrvidumbre en que estuvo Jn, tribu emigrante, como se ve en el mapa de Tepecbpan. Sabemos por los gcroglificos del c6dice Ramfrez y de la cr6nica del P. Duran, que tnvo por mujer a Tocbcalpan. Fundador de la ciudad de Mexico Tenochtitlan, gobern6 en ella basta su muerte, que acaeci6 en 1363, segnn Oltimalpain, y en 1372 por los datos del c6dice Mendocino. Dice el mismo Ohimalpain, en su cronica incdita, que no se sa be que tu viera llijos. Segun esto, Tenocll habrfa alcanzado la edad de ciento cincuenta afios, 6 por lo menos lade ciento veinticinco, si tomamos exactamente ln. fecha de nahtti acatl que da cl c6dice de Mr. Aubin a su exaltacion al poder, es decir, 1275. De todas maneras, ni es imposible que su vida sc haya alargado mas de un siglo, ni iruporta la fccha cierta en que comenz6 a ejercer el poder y el afio en que muri6; basta saber que fue el jefe de los azteca en su servidumbre y el fuuclador de su ciudad. Ent6nces despleg6 las mas rams dotes de babil polltico, e bizo conocer c6mo cu::mdo toclo se ha percli.do, todo se pucde rccobrar por la constancia y por la fe. 151 Durante la servidmnbre de los azteca, tuvieron los culhua guerra con sus vecinos los xocllimilca. Oulltu:wan y Xocbimilco son dos poblaciones que existen todavia en ellago de Oltalco. Dice con este motivo el interprete mexica del c6uice de ML', AulJin: "En este afio (G acatl, que corresponde exactamente a la fecha de la tint del Museo, 1303), se pusieron en guerra los de Culhuacan, provocada por los xochimilcas. Ouando se llizo saber esta guerra, dijo el Sefior Coxcoxtli: "~y los mcxicanos d6nde se " ballan T que vengan al momenta." Llamados estos, se presen't aron ante el Rey, quien les dijo: "venid pronto, y sabed que los xocllimilcas nos han "puesto guerra, y quiero y os concede que {t cuantos enemigos prendais "sean vuestros mtuti vos." Ent6nces los mexicanos contestaron: "esta muy "bien, seiior nuestro; pero prestadnos 6 regaladnos vuestras rodelas y " vuestras lanzas." El rey respondi6: "no puede ser eso: asi como estais, "caminareis." En el c6dice de Mr. Aubin, solamente se pinta una rodela y una macana; pero en la tira del Musco la pintura es minuciosa. Relata los sucesos de la guerra de Xochimilco el ultimo cuadro de la tira: este cuadro sc com pone de siete grupos dibnjados en eseuadra, que deben leerse de abajo arriba y despues de derccha a izquierda. El primer grupo, de que ya bemos hablado, representa la mansion de Oontitlan, y la reprocluccion y crecimiento de los azteca. Encima de este se halla el segundo grupo, compuesto del geroglffico de Oulhuacan, de una ro<.lela y una macana, sfmholo de la guerra, y del geroglffico de Xochimilco; todo lo cual significa que hubo guerra entre los pueblos de Oulltuacan y de Xochimilco. El grnpo superior 6 tercero, se com pone tam bien de tres figuras: la pl'imera representa al rey Ooxcox, como sc ve por su geroglHico, la cabeza de un fi.1isan; est{~ sentado en su real icpalli, y ticne en la frente la corona de los tecuhtli; de sus labios sale el s1mbolo de la palabra, pues manda venir a los azteca; la segunda figura es el mensajero del rey que habla con los aztec:?.: y Ia tercera es la casa eu que llabita el azteca que se inclina en sefial de obediencia. Oontinuemos COil el interprete del c6dice de Mr. Aubin. "Los mexicanos inmediatamentc comenzarou a prevenirse diciendo: "i que es lo que " se nos ba encargaclo! lo que podemos bacer es cortarles las narices a "nuestros cautivos, porque si les dismiuuimos las orejas, se dira que mu" tuamente se las cortaron: para lo cnal nos pondremos nuestras alf01jas, "a fin de guardar y con tar {~ cuanto monta el numero." En seguida se cubrieron de alforjas, y marcbando unos por tierra y otros por agua en chal1tpas, fneron a situar su ejeroito pan1 la batalla en Ooapau. Esto sucedi6 en el reinado del senor Tetzitzilin Tlalluiztli, quien dijo a los mexicanos: "mexicanos, dad me la vida, pues ya nos llaceu cauti vos." Luego, DtrRAN.-'foM. II.-Ar. 20 |