OCR Text |
Show 60 dios andaban tan encaruizados en las canoas m::ttaudo a los espaiioles y indios que en las acequias estaban, queriendo favorecer a un soldado que en el agua se defendfa de UIIOS indios, aunque mal hel'ido, llegaron a el dos gaodules 1 y haciendole rostro cl uno de olios se abraz6 con el por las espaldas y el otro lle0'6 por le hcrir y abrazandose ambos con el lo empezaron {~ llevar por el rio adentro, donde {~ la, sa,zon lleg6 un vizcayno paje suyo con una espada desnuua y dando un golpe al indio que le tenia abrazado, con el cspada en un brazo, se lo cort6 cerccn y acudiendo a herir al otro solt6 al Marques, de sucrte que se puuo cscabullir de ellos; pero arI'emetienuo al vizcayno muchos indios le hicieron alll pedazos, siu podelle el Marques socorrer; y asf viendo el Marques la csmtramuza ta,n en angrentada y con tanto peligro, mancl6 tocar {~ recoger la gente, la cual recojida queclando los indios tau victoriosos estuvo el Marques por ahorcar a Don Pedro do Alvamdo 6 cortallo Ia cabeza,, por el atrcvimiento que abfa tonido de bacer, contra su mamlato, en acometer sin oir ltl, sefial qne el ahfa de man dar bacer; y con esto cos6 el com bate de la ciu<.lacl y se recogieron, as! los espaiioles como los indios, quecUnuo ·e los indios con algunos espauoles presos que en aquella refriega p. reudiero.n y sacaron de las acequias vivos, especialmente uu manccbo muy gentil hombre que, se-guu relaeion de conquista<lorcs, era sevillauo y de muy bnena fi onomia y parecer, el cual peleaba valerosameutc con una ballcsta en la manos; al cnal como le prendieron sacaron otro <.lia entre los iudios de guerra con su ballesta en las manos baeiou<lole que tirase y asestase contra los espaiiolos, el cual con muy buen aire y ademan annaba su ballesta y tiraba sus jaras por el airc, de sucrte que 110 pudiesen Lacer mal a los espafioles; lo cnal como vi01·on los fndios lo hicieron alli pedazos con gmuuisima cmeldacl, a cuya causa hicieron alll en aquellugar una hermita. los couquistadort> s y la llama.ron los mar tires,~ la cnales parcdes turau hasta este dfa; y si acept6 nuestro Dios aquel martirio, solo su Divina Magestad lo sabe; porqne tengo por cosa recia precliear con la cspada. en la mano quittmdo {~ cacla uno lo que es suyo por fuerza,. Y pues mi voluntaclno es mas que tratar d~ la nacion mexicana y ue sus pr6ezas y de la. desastrada suerte que tuvo y fiu, no bay que detenernos en contar de lo que sucedi6 los dias que t·:trdaron los cspaiioles en conquistalla, que fueron ochenta 3 salvo dire dos cosas y la prim era es, que cuenta esta historia que vientlo el Marques que los mexicanos le turaban 1 Guerreros moxicanos. 2 Esta ormita os Ia misma de quo so !Jnbla en la pag. 58. Di6sele tal denominacion por la grande xnortandad que alii sufrieron los espaftolos. 3 Heal monte dur6 el asedio novcnta y trcs. 61 tanto y que ballaba tanta resistencia, rog6 a los tlaxcaltcca quo truxesen lamas gente que pudiesen, y traida los hizo entrar por la ciudad para que aventasen los mexicanos, y ~tbieodo trabajado todo el di:a .haeiendo su podcr, no les pu<.lieron entrar: el segundo d1a ech6 a los tetzcocanos y tampoco pudieron: el tercer dfa mand6 el Marques Hamar a los Cbalcas y hablandoles Marina les <lixo: valerosos chalca: ya veis como los tlaxcalteca ni tetzcocanos no an pouido entra.r {t los mexicano. ; ruegoos que tomeis hoy la empresa y quo hagais todo vnestro poder para que entremos y siquiera gancmos cl Cu grande de VU~Uopochtli, doude nos aposentemos; y esto o enca,rgo porquc os t~ngo por gen1.e valerosa y de mucbo esfuerzo y animo. Ellos, con cste favor, tomaron animo y corazon y tomando la delantera del exercito, y con ellos Ixtlixochitl Senor de Tezcuco con su espada dorada en la ma.uo, entrando con tanta furi ~t entre los mexicanos, ayudandoles los espa.fioles con su~ a.rcabnces y artillerfa y ballestas, que cegan<lo mucba. pucntes y haciendo pa.sage gn.naron el Ct~ grande de la cindacl y. se aposentaron en el y en las ca..·as <Jne antes abfa.n desamparado. Despues que se aposenta.ron en ella.s, poniendo gcnte de guarda y cuidado para que no pudic. en ser tornados {t cercar, anuqnc ya Otwuhtemoct.~ ·in no tenia gente ni fnerzas para potlerse defender, por la rnucha que le ab1an muerto y por aberlc otros <lesa.mparaclo y bnidose de Ia. ciuda.d, por la grande lJambre que padecfan, deterrnin6 de no mostrar :flaqueza ni cohard1a, autos quericndo da,r a entender que no le faltf~ba gente 'y fuerzas para· se defender, hizo vestir a todas las mugeres de la, ciudad con sus armas y rodelas y espa<las en las manos y qne luego de mafiana se subiescn a las azoteas de touas las casas y qne biciesen aclemanes de menosprecio y el valeroso Cttattlttemoc con Ia poca gente que le quedaba, sali6 a bn.cer ro. tro a los espafioles con toda la gente del Tlaltelolco. El Marques, cnando vido tauto numero de gentes que cnbrfan las a.zotcas y qne encbfan las ca11cs de la eiudad, fue admirado y aun recibi6 algnn tcmor de poder gauar Ja ciudad sin daiio de sus espal10les y amigos, pero tornando Ct rogar a los cbalca y a los tetzcocanos y tlaxcalteca y tccpaneca se esforzasen y concluyesen con Ja empresa de ganar a Mexico, to<lo so animaron y tomando al combate vierou qne la.s que estaban por las azotcas eran todas mugeres y avisandoselo al Marqncs empezamn todos :1 dalles grita, y a afrentallos y a denostallos de palabra .Y a seguillos matando m ucbos <le ellos; cmpero los <lel Tlaltelolco, baciendo todo sn podcr se defendieron valerosamente y mataron muclws indios de los amigos y con ellos algunos espafi.oles, especialmente a un Alferez y le quitaron la bandera y delaute de todo el exercito la hicieron pedazos, lo cua,l aconteci6 en un Ingar qne agora llamau el barrio de S. Martin·. En otra relacion halle que |