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Show 148 mo de dcstruir y m::ttat· Ia uacion Mexicana. Las mujeres y nifi.os vieudo tantos enemigos comenzaron a dar gdtvs, y hazer gran llanto, pero no por es ·o desmayaron los Mexicauos antes tomando nuevo esfuerzo bizieron rostro a toclos aquello que los teniau cercado ' y a la primera refriega prenclicron {L IIwit~ilihuitl capitan general de todos los Mexicanos, mas no por esso desmayaron, mas apcllidanclo a su Dios Httitzilopuchlti, rompieron por el ejercito de los Chalcas, y llevanclo en medio todas las mujercs y niiios y viejos, salieron huycndo entre ellos basta meterse en una villa que se llama. ..Atlacttih'uayan, donde ballil,ndola desiorta se hizieron fuertes; los Chalccts y los demas vicndose desbaratados de tan poca gente no curaron de seguirlos cassi como avergonzados, contenta,ndose con lleYa. r prcso al caudillo de los Mexicanos al qual mataron en un pueblo de los Cttlhuas llama.do Culhttcwcm: los Mexicanos se repararon, y refrescaron de armas en esta villa, y alii inventaron una arma a manera de fisga que olios Hamaron atlcttl, y por esto 11ama.ron {L aqnel lugar ..Atlacu.ih'uaycm, que quiere decir lugctr ilonile tmnaron la ctrmct atlatl. Habiendose repa.rado clestas cosas fueronse mq,rcltaudo por la orilla de Ja laguna, basta llegar a Oulhuacan donde el iclolo Huitzilopuchtli hab16 a sus sacerdotes diziendoles: "Padres y ayos mios, bien he visto vuestro trabajo y afliccion, " pero consolaos, que para poner el pecho y la cabcza contra vuestros ene" migos sois venidos, aquf Jo que hareis que envieis vuestros mensajeros "al Sciior de Culhttacan y sin ma.s ruegos ni cumplimientos le pedid que " os sefiale sitio y Ingar donde podais estar y clescansar, y no temais de " entrar {L el con osadia, que yo se lo que os dig0 y ablandare su corazon " para que os reciba; tomad el sitio que os diere bueno 6 malo, y asentad "en 61 vuestro Rea.l basta que se cumpla el termino y plazo determinado " de vuestro consuelo y quietnd." Oon la confianza. clel fdolo enviaron luego sus mensajeros al Seiior de Cttllmacan, al qual propusieron su embajada, dizieudo que acudian a el como a mas benigno, con la esperanza que no solo les daria sitio para su ciudad, mas ann tierras para sembrar y coger para el sustento de sus mujeres y hijos. El Rey de Cttlhuacan recibi6 muy bien los mensajeros de los Mexicanos, y los mand6 aposentar tratandolos muy bien mientras consultaba el negocio con sus principales y consejeros, los quales estaban tan contrarios y ad versos que si el Reyno estuviera con deseo de favorescer a los Mexicanos, en ninguna manera los admitieran; pero al fin danclo y tomarido con el consejo despues de muchas contradicciones, demandas y respuestas, les vinieron a dar un sitio, que se dice Tlzapan .... 1 " 1 El cOdex Qnmarraga trae taml>ien Ia fMmla do Copil, pero varia monos Ia verdad historica. Uucc llcgar 6.los aztoca :.\ chapultcpcqttc con tres jl'fos olatttiqueqi (acaso ol Cuahutlixit\6 Cuauh- 149 A sf variaban los mexica la historia, porno confesar su derrota y humi- 1Iacion: no eran los pueblos coligados contra ellos por extranjeros, por sus ~esmanes, y por el ataque que clieron {t sus vecinos alllegar Ia fiesta del fuego nuevo para cautivar v.fctimas que sacrificar a su dios, los que los batieron y uestruyerou; fue la misma hermana del dios y su hijo que provocaron la contienda, fue el mismo dios que les rnand6 que fuesen a vi vir en Oulhuacan. Lo ciex'to es que, el reino de Ohapultepec se derrurnb6, que Huitzillbuitl fue muerto, y que los restos de los azteca apresaclos quedaron en servidumbre de los culhua. Pero cuando parecia que las esperanzas y los trabnjos de seis siglos se habfan perdido para siempre, brot6 entre ellos un hombre extraordinal'lo que fue su jefe religioso, Tenoch: todavi'a les queda.ba a los azteca en su miseria, los dos gran des elementos de su grandeza, su dios y su sacerdote. De su servidumbre en Oulhuacan, nada nos dicen el geroglHico de SigUenza ni la Historia Sincr6nica de Tepechpan; pero nos dan en cambio datos abundantes, la tira. del Museo y el codice de Mr. Aubin. Los hemos visto en el gerogllfico de SigUenza, vi vir en los pantanos y salir a rendir homeuaje y tributos a Ooxcox; lo mismo en la tirade Tepechpan, en donde pasan despues a vivir al mismo Oulhuacan. En Ia)ira del Museo, de Acocolco se mudan a Oontitlan. El interprete del c6dice de Mr. Aubin dice: "3 tecpatl. En este aiio se mudaron a Oollmacan en el paraje llamado Con titian los rnexicanos, y se situaron en Tizaapan de Oulhuacan.-6 acatl. Ajustaron cuatro alios los mexicanos en Contitlan de Cullmacan. Aunque estuvieron de paso en Oontitlan, sin embargo alH tuvieron hijos." Este hecho esta expresado en la tira del Museo, en la parte inferior de los ultimos grupos: se ve debajo del geroglffi~o de Oulhuacau, el simbolo calli, casa, yen el a un hombre y a una mujer en Ia actitnd de prom·ear. Por supuesto que no podian faltar fabulas relativas a esta mansion, ni podia en ella dejar de iutervinir el dios. Asf contaban, que elrey de Oulbuacan les sefial6 maliciosamente el Ingar de Tizapan para que viviesen, porque estaba al pi6 de un cerro en que se criaban rnuchas culebras y sabandijas, las cuales dcscendian constantemente {t aquel lngar, por lo que estaba deshabitado. AI principio tnvieron gran temor los azteca; pero Huitzilopochtli les enseii6 la manera de cazarlas y domesticarlas, de man era que comenzaron a alimentarse de elias, xomitl uo Ja tirade Top6chpan), aci11a y 9it.Jayavichilihttitl (6 llnitzilihnitl) a qnion nombraron roy. A esto Jo do. <los hijas: tuzcasttch y chimalasuch (Tezcax6chitl y Chimalaxl'lohitl). Dice que los poblndores de Ia tierra, que crnn todos chichimoca, "dieron en los mexicanos, los qnales Cueron mnertos, sino muy pocos que escaparon hnycm1o •••.•. los mcxicanos se as\l1•ndierou entre las ycrl.Jas y caiiavcrales, con Ia mocha hambro que tenlan salierou y i\10ron 11 buscar <le comer A culuncnn, (tlos cuales c1ixerou quo ello~ veninn a los sernir e que no los mntasson .••••• " Est a es Jn verdn<l hist6rica. |