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Show 58 barradas y de gente armada las aceqnias en canoas, esperando a los espaiioles sin mostrar punto de cobanHa, repartiendo el Rey Ouauhtemoc, qu~ era el general de todo el ejercito, toda su gente en cuatro partes, por el consiguiente, para que por la mesma vfa que los espafioles le acome.tian hallasen resistencia y quien les defendiese la entrada, y acudia a todas las partes con tanta diligencia, que metido en una cauoa pequefia armado de s~s armas con su espada y rodela en las manos, volaba de una parte a otra para ver el concierto de sus gentes y lo que hacian; y asi comenzando los espafiole5 a combatir ]a. ciuda.d y a derribar las albarradas que tenian hecbas junto {L las accquias, las podian ganar, con la tierra y cespedes y piedras que de elias quitaban cegaban las acequias, y con los adobes que de las casas que iban ganando quitaban, pero era cosa estrafia la diligencia y cnidado que tenfau los mexicanos, que en cegando Ja acequia 6 acequias para que los caballos pudiesen pasar, Juego por el consiguiente a la mafiana del dia siguiente las llallaban todas abiertas, y mas houdables que de antes y perdido todo lo que el dia antes abian travajado y ganado de tierra los espafioles. Por que en este Ingar viene aprop6sito, es do saber que los mexicanos, vienclose tan cercaclos de todas partes y Ja multitud de gente que los f<ttigaba, determinaron bacer un artificio y trampa donde los espafwles cayesen, solo para tener alguna salida 6 entrada por don de les eutrase alguu socono y bastimento; y el mejor lugar y via entendieron ser la do Tacuba, por tener ellos por aquolla parte la gente que los ayudaba y socorria, y dando trasas y man eras para tenor aqucl paso libre, determina.ron de poner una puente fal a, de sum·te que entrando los espaiioles y sus enemigos por ella, despues de pasados a esta otra parte del rio, pudiesen dar sobre elios y mata1los {L todos; y como lo pensaron as{ Io pusieron por obra; yes de saber que en ellugar qne agora es la hermita de San Hip6- Iito y casa de combalecientes 1 abfa una a.ucba y bondable acequia y ganaudola los espafioles y abiendola cegado para pasar por ella, los mexicanos aquella nocbc Ia torn::tron a abrir y a hondar todo lo posible, y armando una puente falsa de maderos y tablas, poniendola. de manera que no parecia sino estar de la snerte que los espafioles la abian doxado el dia antes, pusicronse junto a ella mucha multitud de mexicanos en celacla, todos metidos en canoas y entre las espadafias del rio y juncales, todos muy bien aderezaclos con sus ospadas y rodelas y varas arrojadizas, y mucllos 1 El asicnto acLual tlo este edificio no cs el de Ia ermita quo existio. on Ia cpoco. dol historiador. Las noticias quo siguon, y algunos otros datos, indican que osto.l>a ul>icndu. on Ia cuadrn quo siguo a\ ponionto de Ia plaza do San Fernando, inmcdiato. a! Iugar doudo so construy6 el puente llamado do Alvarado. 59 de ellos con las espadas y lauzas de los espafioles que ablan rnuerto, y junto ala engafiosa puente se puso mucha gente de guerra. llamando a los espafioles y provocandolos a que les acometiesen, haciendoles mucbos fieros y diciendoles muchas palabras iujuriosas y escarnecienclo de ellos con gestos y meneos del cuerpo; babiendo mandado el Marques que nadie se menease ni acometiese basta que el mandase hacer seiial con uua trompeta; pero Dn. Pedro de Alvarado, no pudiendo sufrir su corazon tanto escarnio y desprecio como los indios de el hacian, sin aguardar la sefial mand6 a su gente que acometiese, y arremetiendo los espaiioles y los amigos tlaxcaltelca a la puente, los indios mexicanos hicieron ademan de huir, y queriendolos seguir los espaiioles pasaron por la puente a dentro cuarenta soldados de a pie todos mancebos de mucbo animo y fuerza y con ellos algunos de a caballo y su Capitan Don Pedro de Alvarado, y con ellos mucbos indios, y estando la puente 11ena de gente, asf espaiioles como indios y algunos de a caballo, los fndios que estaban en celada estiraron de las canoas en que estaba estribada la puente falsa y dando con toda la maderazon en el agua cayeron en el acequia todo la multitud de gente de espafiolos y indios que sobre ella estaba, y apellidaudo Mexico Mexico}· ea valerosos mexicanos, revoh·ieron sobre ellos, los cuales queriendo volver a huir por la puente hallaronla eu el agua y sobre los que abian'caido un millon 1 de indios, que a ninguno perdonaban la viua., todos en canoas, y no pudiendo lluir hallandose ataJados con la acequia, ni los de la otra parte valellos ni ayudallos, fueron todos presos alii de los indios. Don Pedro de Alvarado, escapanclose como pudo con una lanza que tenia, hincando el reg~Ltoo en los cuerpos de los muertos que en la acequia estaban, salt6 de la otra parte de Ia acequia y este es el nombrado Salto de Alva,rado que dicen. 2 Los cuarenta espafioles que allllos indios prendieron, luego en aquella bora los desnudaron en cuero y los subieron al Ott grande y delante de todo el ejercito espafiol, sin poclellos valer ni socorrer, los sacrificaron: abl'iendolos por los pechos y sac{tudoles el corazon y ofreciendolos a sus idolos, sus cuerpos fueron hecbados a rodar por las gradas del templo abajo, los cuales COD grandisimos clamores y lastimas pedian a Dios misericordia y socorro a sus compafieros, pero no se les pudo dar; dado que el Marques del Valle, viendo el alboroto y voceria acudi6 con alguna de su gente al paso dicho, pero flle su llegada de tanto peligro, que como los in- 1 Es dooir:-"Una multitud." 2 Es un hcoho perfoctamonto prol>ado q no ol pretond.ido salto aco.eci6 on In Noohe t1·isto, 6 sea al tiempo do Ia evnRiou do los espniioles, y no en la ooasiun quo meuciona ol historiador. En ouanto ala verdad del snlto mismo, v~as e Ia nota de Ia. pt\g. 58. |