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Show 168 sacerdote; su cuerpo esta untado de negro ~tllij en la diestra tiene u.a estanclarte 6 arma curva tachonado de estrellas, y en la izquierda uu chi' ntalli con Ia cruz del nah~ti dllin, y sobre el un p:ljaro quetzal. Identica. es la figura de la lamina XI, con la sola diferencia de que tiene la mitra sacerdotal y el rostro de ehccatl con que se le adoraba en Ohol6llan. En fin, la lamina VI representa las crueles ceremonias que al dios se hacian en su fiesta, y de las que nos dan razon el P. Duran y el c6dice l~amfrez. Onarenta elias aptes de la solemnitlad se compraba un esclavo sano y bien formado, a quien vestla.n con el .traje del dios; acompaiiabanle de dia una guardia y gran numero de devotos, y de noche se le guardaba en una jaula de maderos para que no se esoapase. Todas las mananas le saca.ban a un alto lugar, en donde le servian sabrosas viandas, y le poufan sartas de rosas al ouello y vistosos ramilletes en la mano: y asf salfa, con gran acompaii. amiento por la ciudad entre cantos y danza,s. Nueve elias antes de la fiesta bacfale el sacerdote cl neyolmaxiltiliztli 6 apercibimiento de que habia de morir, y llegando ;.tquella, ala media noche lo sacrificaban, ofreciendo su corazon a In, luna, y arrojaban su cuerpo por la.s gradas del teocalli. Los mcrcaderes, de quioncs era dios especial Qttetzalcoatl, recibfau el cuerpo, y a la ma.i:lana siguientc despues de bailar ante el, Io comfan en uu banquete sagrado. r..~a figura 10 reprosenta al esclavo con el traje del dios y un gran ramo en Ia tliestra; y a 61 llega un sacerdote a ofrecerle :tlores. La :figura 11 representa al sacerdote cantauclo y bailando frente del cuerpo del sacl'ificado; y en la parte superior, unrastro de sangre y las huellas del pie que bajan del teocalli, manifiestan quo de am fue precipitado. Tal es el significado de las pinturas del c6dice de Mr. Aubin; ellas nos dan iuea de la religion de los mexica, tal como lleg6 a quedar despues de tantas modificacioncs: vcamos que refiexiones nos sugieren. La religion ha.bfa perdido enteramente cl caracter de su origen: astron6mica aluacer, fmto de gmndiosas imprcsiones en el pueblo nahoa, sc remont6 ala causa ue elias, y lleg6 basta el oreauor, el Ornetectthtli; las lucbas religiosas de los tolteca personificaron a; los clioscs y sus cultos; y al tl'iunfo definitivo de Tezcatlipoca, se 11abia separado la religion nrthoa de su orfgen de tal man era, quo ya en los mexica no fue sino una ciega idolatrfa. Tezcatlipocet era el dueno de las vidas y de las fortunas; pero ese dios no era la expresion de un gran pensamiento, sino un }dolo negro que adoraba la supersticion. Quet~alcoettl era un dios que habfa de volver; pero ya no se comprendfa la leyenda astron6mica. ITuit~ilopochtli, ol dios mexica, no representaba ninguna idea religiosa, era solamente el dios de la guerra. La modificacion babicla en las creencias, se puede explicar con uua sola 169 frase: los mexica no tenian religion, solameute tenfau culto y un espantoso culto de sangre. Toda festividad exigfa sacrificios, para los sacrificios se necesitaban prisioneros de guerra, y la guerra fLu~ una necesidad social y religiosa. La conquista extendida por todo el pafs, arrancaba de los pueblos a los varones mejores para llevarlos a la piedra del sacrificio. El pueblo mexica lanzaba ent6nces un aullido de fiera alegria delante de su dios, sin ofr que le contestaba en todo el pafs un grito de rabia de los vencidos . . A mayor abundamiento, los mexica. para tener siempre victimas para su clios, habfan inventado Ia guerra sagrada. El primer Motecuhzoma bizo concierto con los pueblos que se extendfan al Oriente del Valle, Tlaxcalla, Ohol61lan y Huexotzinco, de salir peri6dicamente a batalla, con el unico objeto de hacer prisioneros que destinar al sacrificio; pero sin que jamas, cualquiera que fuese el vencedor, se menoscabase en nada el territorio de los contendientes. Se quiso dar a la guerra sagrada grande esplendor, y se decretarou honras para los que en ella tomaban parte. Al efecto se orden6 que solamente los que en ella se distinguieran, podrfan usar bezotes, aclornos, brazaletes y orejeras de oro y piedras finas; y que s6lo a ellos se dieranlos penachos de vistosas plumas, y los ohim.alli y los 1naxtli ricamente bordados. Prohibi6se la venta de estos objetos, que el tectthtli daba a los valientes. Asflos mexica prepararon COD sus conquistas y sacrificios el odio general de los pueblos, y con la guerra sagrada enseiiaron a pelear con ellos y a no temerlos a los pueblos vecinos que al Oriente tenian. De la idea del primer Motecuhzoma, debia recogeL' el segundo los amargos fmtos. CAPiTULO IX. El gran sacerdote y gran teouhtli .Moteouhzomo. Xoooyotziu.-Las prediooiones y los prodigios. -!'ll ultimo Quetzo.lcoo.tl.-Lucb.o. £.9o.t.-El templo y el ouartel.-.Muerte de .Mot~ouhzoma. -Ln. uoohe triste.-Lo. toma de .M6xioo.-El triunfo defi.uitivo de Q11etzo.looo.tl. Era el gran sacerdote, el teotecuhtli, el senor del dios, como el dios mismo · y triunfaute y dominando el oulto de Tezcatlipooa, era represeutado est~ en la ciudad por Motecuhzoma, que habfa llegado al supremo poder sacerdotal. Nadie mejor que el podia estar al frente de una religion que tau bien se encarnaba en ese ser supersticioso, cruel y sanguin~rio. ~si es que, cuanclo de jefe del sacerdooio pas6 a tecuhtH de los mextea, bten |