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Show 134 nos da ningun clato para fijar directamente el afio de la salida, y por lo mismo el metoclo indicado no puede'resolver nuestras dudas. Es preciso seguir el metodo contrario; partir uo una fecha conocida, y retroceder basta el sfmbolo. La. fecll~1 conocida es el ailo en que los mexicanos encendieron ol fuego nuevo en su estancia en Ollapnltepec; la pintura de Mr. Aubin nos la da de una manera fija y clara: fue el afio 1247. Si contamos los xit~hnwl1Jilli que llay entre Cllapultepec y Oitlaltepec, los multiplic~tmos por 52, y restamos cl producto de la cifra 1247, tendremos el afio de Ia col'l'eccion. Como llay dos xiuhm.oll>ilU, teodremos que restar 104, lo que uos dad. por rcsultado 1143: esto fue lo que hizo el Sr. Orozco; y esto lo qne de una manera mat0matica nos da la fecha buscada." Veamos ahora en que consistc Ia opinion cootraria del Sr. Ramfrez, para que <lcspues cxponga yo la nueva idea que ten go sobre una materia tan importaote. La opinion del Sr. Ramirez, signiendo al interpret~ del c6dice Telleriano y explicandolo, es, que viendo Moteczuma las calamidades que eo el aiio ce tochtli sufrfan los mexica, como sucedi6 con el hambre de 1454, mud6 el principio del ciclo al ome tkatl, teniendo esto Ingar el aiio UiOG. Segun el, los mexica comenzabau antes su ciclo por ce tochtli; y se apoya en Gama, y en el mismo c6dice Telleriano, en el cual Ia ataunra esta unida al sfmbolo del conejo 6 tochtli que C01Tesponde a.! ailo 1246. En materia de crouologia no debe llamar la ateucion tanta divergencia. de opiniones, porquc los primeros cronistas cuidaron muy poco de ella, y la trataron de mauera diminuta y confusa, aun Motolinfa y Sahagun. Nos dicen unicamente que el ciclo mexicano comenzaba, en ce tochtli, pero que la fiesta del fuego nuevo se cclobraba en el afio signicnte ome acatl. Motoliufa se refiere :1 su calendario de rueda., el cua,l ten go en mi poder, y {L 61 tambien haec referencia Torquemada. Las ruedas del c6dice Ramfrcz y del P. Duran comienzan por ce acatl. Pero hay un rnonumento que no nos puede dejar duda respecto a la costumbre mexica: el cuauhxical"U del sacrificio gladiatorio que esM, enterrado en la Plaza mayor. El grupo cent. ral esta rodeado de los 52 aiios del ciclo, y toaos estau representados simplemeute por puntos, y unicamente COn Btl figma el tochtli principio del ciclo. Respecto de Ia celebraciou de la fiesta del fuego nuevo y atadura de los afios en el sigLliente orne acatl, {L mas de la uniformidad de los cronistas y de varias pinturas gerogHficas, tenemos el monumento del Museo que explic6 el Sr. Ramirez. Pero nada de esto, ni Ia opinion de Gama, que no comprueba por mas que haga una cita en mi concepto insuficiente, nos explican la manera y epoca de la correccion. El Sr. Orozco fue quie11 primero cli6 una expliclteion razonable; pero creo que el y yo estabamos equi- 135 vocados. Voy a expouer mi nuevo sistema, apoyandome priucipalmente en el geroglifico de Sigiienza. Sabemos que los naboas comenzaban su ciclo por el afio ce acatl, y que los toltcca lo pasaron al ce tecpatl en conmemoracion del principio de su viajc, y para expresar su personaliclad hist6l'ica. Ahora bien: los azteca recibieron necesariamente tocla la influencia de la civilizacion de T6llan desde que llegaron a nuestro valle, y adoptaron por principio de su ciclo el aiio ce tecpatl como se ve en la piutura de Sigi.ienza. En esto no hay duda, porque Ia destruccion de T6llan, que sabemos que fuc el afio ce tecpatllllG, esta marcacla con el xitthmolpilli. Dice el Sr. Orozco, como hemos vis to, y dice con razon, que segnn las pinturas son antiguas 6 modernas, tienen 6 no el x·iuhmoljiilli en ol afio ome dcatl. Esta es una razon m{\s, de que la tira del Museo que as( lo tiene, es mas modema que el geroglffico de Sigiienza. Y por esta razon tambicu, no son argumento en la presente cuestion las pinturas que cita, y que siguieron el sistema ultimo que encontraron establecido. En efecto, el c6clice de Mr. Aubin fue pintado despues de la Oonquista, en el aiio 1576; lo mismo la tirade Tepechpan que se extieude basta 159G; el c6<lice Mendocino se mand6 pin tar por el primer virrey de Mexico; y los c6dices Telleriano Remense y Vaticano, que llc tenido en mis manos en Paris y Roma, estan en papel europeo, y sou, por lo tanto, posteriores a Ja Conquista. En todas estas pinturas se sigui6 naturalmente el ultimo sistema, sin preocuparse de mas; y por eso he dicho que nose pueclen traer a nuestro debate. Debemos buscar Ia solucion de Ia dificultad enol geroglffico de Sigi:ienza, apoyandonos en otros mouumentos autcnticos. El grupo {L que se refiere el Sr. Orozco, nos expresa el cambio cronologico; y los puntos que lo acompafian, manifiestan que los azteca residieron cuatro afios en ese lugar, sin que nos importe gran cosa el que se llame Illluicatepec 6 Oitlaltepec, como quiere el Sr. Orozco, pues el gerogllfico da las dos lecturas. La misma :figura del cielo estrellado, al cual roclean ·los cinco simbolos de astros que acompafian siempre a Tonacatem~lttli 6 el sol, exprcsan tam bien el cambio del principio del ciclo. La razon de la mudanza es 16gica: comenzaban su ciclo en ce tecpatl; pero en el ultimo hablan sufrido Ia tremencla catastrofe de Ia dP,struccion de T6llan, y quisieron abandonar la cuenta, que habfan adoptado; Y ann contaron de ent6nces nuevo sol y comenzarou el quinto, lo que expresaron con los cinco astros que en el grupo rodean al cielo. Pero el grupo no mauifiesta que pasarou el xiuhmol1Jilli al 01ne dccttlJ· una sola cafia hay en el siu los dos puntos necesarios para expresar el o?ne; volvieron al afio .ce a~atl, precisamente porque en la confusion que habfan hccllo entre Ifttitzilopoohtli y Qtwtza.Zcoatl, lo teuian por el del nacimiento de su dios. Bas- DO'RA.N.-'I'OM. TT .-AI'. 1'3 |