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Show 40 tan conooido de los i 11dios; yendo cop este disfh~z llO conocieron q_uien era el que iba, y as( auuqu~ P{mfilo tuvo nueva de su ida, no bizo caso confiando en su v~tlor y en 1a buena gente que traya y en que estaba muy bien reforzado, pues tenia toda su artilleda a pnnto, puesta y asestada a las puertas de los a.posentos, y los suyos muy avisados; pero como~~ Mar~ ques del Valle le importaba tanto aqueluegocio, no cur6 de donmrse m dcscuidarse,I de suerte que cuaudo P{mfilo de Narvaez pens6 que salfa de Mexico, estaba ya a ]a puert~L de los aposeutos con algunos de los suyos y abreviaudo, por scr ya esto cosa tan sabida, viendo el Marques el uescuiLlo con que estaban y aguanlaudo {t que el artillero se apartase un poco ue la artillcda, uo nmN se bubo apartado, cua,ndo estuvieron sobre ellt.t diez sol<lados y b clavaron, y para cste efecto puso parte de los soldado. que llevaba, en celada, de manera que la clavaron tan eu breve, de sucrte que no se pudieron aprovecbar de ella, y luego {L cse mesmo punto saltarou por Jn,s pn,rcdes de los aposentos muchos de los soldados y el Marques con ellos y con Ja.s espadas eu las manos y' otros, tomanuo algunas picas y alabftnlas que estal>an aniruadas a las parcdes de lm; descuidados soldados de Narvaez, crnpezaronlos :i herir y desbaratar, donde algunos de ellos quericudose poner .en defensa, y su capit~m con ellos, le fuc dad~L nna punta de pica en un ojo que se lo arranc6 del casco; y luego por el consiguicnte QUED6 pres6: los de mas soldados y gentc de guerra que Narvaez trafa, creyeudo que el Marques tray~t allf toll:'t su gcnte, y qne su fiu era llcgado, unos por las paredes, otros por la puerta,, otros escondiendose por los aposentos, echaron a huir y los que mas no pudieron, echaronse {t los pies del bucu Marques para que los recibiese {L sn gntcia y usase con ellos de mi.·cricordia; de snertc que no nos espantemos de que los indios, con las mauos cniza,Jas, venf~tu a peuir misericordia. El Marques los recibi6 amoro · ~tmeute y todos, vista su benignidad, se vinieron poco {t poco a el y se coufederaron con ely se pusieron debaxo su sugecion y bandera, eu nombre de su Magestad, y tomando {t Narvaez con unos grillos a los pies, lo hizo embarcar y volver {t Santiago de Ouba uonde abia veuido. Itlo N~'tl'V<'tez, el Marques recoji6 su gcnte y volvi6 a Mexico, con mil hombres m<ts de los que tenia, a los cualcs si les ubiesemos de alamr el hecl10 y lo que con su capitan usaron, los podriamos comparar a lo que Gonzalo Pizarro uso con su Roy y Sefior en la proviucia del Peru; pero bien dicen, que donde se ofrece intcres y codicia 110 ay amistad ni ley, y asi se vinieron lJacia Mexico cou el Marques, a quien le dicron nuevas como los suyos estabau en aprieto y que los fudios los abfau muerto, la 1 Esto cs, -"no durmi6 ni so doscuid6.'' 4] cual nueva fue falsa y mentirosa y eclJada por Don Pedro de Alvarado para efeto de hacer lo que tcuia pensado y determiuado, que ora una atroz y tir{mica crneldad; y asi, luego. que vino y volvi6 cl Marques a Mexico, como venia tan pujante y tan acompafiado de gente, parece que no traia tanto emor ni sobresalto, como basta alli abia tenido; y asf, con esta pujanza tom6 osadfa y atrevimiento de condeconder con el consejo que Don Pedro de Alvarado y los demas le dieron, que fue de matar a todos los Seuores y principales capitanes y gran des Senores de Mexico, para lo cual ordenaron entre si una traicion, que en buen romance esta historia asi Ja llama, aunque escrita por mano de indio. 1 Es de saber que aquellos elias celebrabau los indios la solene fiesta de :roxcatl, la cual fiesta era como traslacion del fdolo Huitzilipochtly, y era ~esta muy celobrad[L y solemnizada y tenia otavas antes y despnes, como en la relacion de las solemnidades se vera y como cada dia salfan a bacerse sus arreitos y bailes los indios, que era preparacion de su fiesta, y <--~1 Marques prcguntase {L Monte~uma que le dixese para que eran aquellos bailes y fiestas, qne mirase que no Je ordenase alguna traicion, porque cl ni los snyos no le quorian llacer mal. JW. ontezuma le respondi6 y satisfizo no aber tal pensarniento, ni aviso entre el y los suyos porque el estaba alll preso y qne no tenia tal pensamiento ni aviso de los suyos; que se sosegase, qne aquellos bailes y cautos em, que se llegaba Ia solenidad do la fiesta de su Dios, y era, cerimonia que se le bacia antes y despnes. El Marques le rog6, que pues aqneJlo era como ello decia, que le hiciese tanta merced de que .mandase que pam la fiesta venidera se juntasen en el patio del tcmplo todos los Sefiores y principalcs de la provincia y todos los mas valerosos hombres de ella, porque qu01·fa vcr y gozar deJa grandeza y nobleza ue Mexico y que todos saliesen al b<'tile y areito; lo cual todo era debajo de cautela y traiciou para matallos a todos, como sucedi6, ponicndo en el animo del Marques sospecha de que aquellos bailes y fiestas cran con fin de matallos y revelarse contra ellos, y csto solo saUa de Don Pedro .de Alvarado, insistido por los fndios tlaxcalteca, que ningnn bien deseaban a los mexicanos, 6 por el animo cruel con que cleseaba verse ya Seuor de ht tierra, aunque fuese a costa de las vidas de muchos, de lo cnal el se holgaba much , como de el he leido y de sus crueldades. Montez~tma; con auimo sinccro y llano, sin caer en su entendimiento malicia ni sospechar cautela tan atroz y mal pensada, maud6 Hamar a sus principales Y dixoles que aquellos espaiioles querfan gozar de Ja grandeza 1 myo.rticipio quo so o.trilmyc 6. Cortes en osto horrible com plot, no tieno fundamonto o.lguno. Esta b10n probaclo quo fu6 inspiraoion do la rapacidad 6 instintb sttnguiuario de Alvarado. [;a matau:.m se ojecut6 dumnte lo. ausencia de Cortos. DURA.N.-'l'OM. H. 6 |