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Show 124 rccierou, dos Quimilcs, que son clos pequefios emboltorios; y deseosos de saber lo que dcntro teniau oubicrto, llegaron a de embolver el vno, dentro del qual, vierou una mui rica, y preciosa Piedra, que resplandeci~t con mui cla.ros visas de Esmera.lcht; y como la vieron tan rica, emba<;aron todos en miralla; y coJ.icioso caua qual de aver! a, sc di vidieron todos en dos Vanclos. Vicudo llnitzitou (que se ball6 presente, y era el que los Oapitaucaba) que conteuJian, sabre qual de los Vandos, avia de llevar Ia Piedra, les dijo: Aumirado cstoi, Mexicanos, de qu13 por cosa tan poca, leve, os llagais tanta, y tan graudc contradicion, sin saber el fin, que en csto se pretcnde. Y pues est{L dcbntc de vosotros otro emboltorio, desembolvedlo, y uescubriulo, y vereis lo que contiene, y sera posible, que sea alguu~ t cosa mas prcciosa, para que estimandola, en mas, teDgais en menos es::t. P~uecioles bieu Ia ra9on de lluitzitoD, a todos los Opositore·s, desatarou el Quimilli, y en 61 ballaron, dos solos Palos; pero como no les relnci6, como Ia Piedra les a via relucido, no los estimaron, y bolvieron a su prim era coutieuda. l">ero lluitziton, (que era el que bacia los embustes, y los J.eclar::tlm) viendo que los vnos de ellos (que despues se llam::tron Tlatelulcas) baciao tauta instancia, por llevarse la Piedra, dijoles a los otros, (que despues se quedaron con el Nombre de Mexicanos) que partiesen la diferencia, y uejasen la piedra, {t los '.rlatelulcas, y ellos se nevasen los dos Palos; porque eran mucho mas necesarios, y de mucho maior estima, para el progreso de su Joruada, como luego verian. Ellos, que Cl'eteron la.s Pc:tlabras de Tiuitziton, tomaron sus palos, y dieron la piedra, {L los otros, y con esto, so confonnaron. Y deseosos los Mexicanos de saber cl seCI'eto Je estos palillos, pidieroule {L Huitziton, que se Io descubriese. El dcseoso de quietarlos, los tomo, y puesto vno, eu otro, sac6 Fuego de ellos, de que quedaron grande mente admirados todos los presentes, (porqne jam<is avian vis to cosa semejante) y ue aqni qued6 conocida esta invencion I del Fuego, por este modo." Est~"t f{Lbula de los quim:illi tuvo varios objetos: oxplicar y conmemorar la iuvencion del fuego; dar una razon de la division que tuvo despues Iugar entre tlatilulca y mexica, ouidando estos de aparcoer los mas sa bios y prudentes; y relacionar estos beohos con la peregriuacioD, pnes como ya vamos notaudo en varios puntas, los mexica cometfan toda clase de anacronismos en sus tradiciones y pinturas, por Ia sola vanidad de refedrlo todo a su historia. Vemnos la otra Ieyenda. Dice asf: "Aqui tambien sucedi6, que vna Muger, Hamada Quilaztli, que venia con ellos, y era grande Heobicera, la qual por Arte del De.monio, dicen, que se trasformaba en Ia forma que queria, quiso bmlar ados Oapitanes, y Oaudillos, llamados, el vno, Mixcohuatl; . • 125 y el otro, Xiuhnel; los quales, andaban por el Oampo cayanclo, y se les apareci6 en forma de Aguila mui hermosa, y grande, puesta sabre vn Hueynochtli, qne llamamos nosotros, los Castellanos, Oimborio; y como los Oapitanes Ia viesen, quisieronle tirar sus fl.echas, pensaDdo, que en realidad de verdad, era Aguila natural, y verdadera; y al tiempo de desembrayar las fl.echas, y conociendo la Hecbiccra su pcligro, y riesgo, los habl6, diciendo: Petra burlaros ( Oapitanes) basta·Jo hecho, no me tire is, que yo soi Quilaztli, vuestra Hermana, y de vuestro Pueblo. Enojaronse los Oapitanes, de que los huviese burlado, y dijeronla, que era digna de Muerte, por la burla que los a via hecbo. Ella les respondi6, que si querian matarla, que hiciesen su poder, mas que algun dia se lo pagariaD; ellos ·no la respondieron, y fueronse, y ella se qued6 en su Arbol, y cada qual con su desabl'imiento." "Ilecbo ya tiem.po de partir de este Lugar, por arden. de su Oraculo, llegaron a otro, llamado Ohimalco, clonde estuvieron seis Aiios; y al quarto de su llcgada a el, acorclandose 1:1 Hechicera Quilaztli, de Ia pesadumbre que hu vo entre ella, y los dos Oapitanes ya dichos en Ia mansion pasacla, l1i<;o memoria del agravio recibido, en el Tunal, donde quisieron matarla; y vistiendose de ln. nsanga de Gnerra, se fne a ellos, y pensando amedrentarlos, les dijo: Y<t me conoceis, que soi Quilaztli, y debeis de pensar, que la contienda, que conmigo teneis, ~s semejaote a la que pndierais tener, con alguna otra Mugercilla, vii, y de poco animo; y si asi lo pensais, vivis engafiados, porqne yo soi Esfor9ada, y Varonil, yeo mis Nombres ecbareis de ver, quien soi, y mi grande esfueryo; porqne si vosotros me conoceis por Quilaztli (que es el N ombre comun, con que me nombrais) yo teDgo otros cuatro nombres con que me conozco; el vno de los quales es Cohuacihnatl, que quiere decir Mnger Oulebra; el otro, Quauhcihuatl, Mnger Aguila; el otro, Yaucihuatl, Muger Guerrera; el quarto, Tzitzimicihnatl, que quiere decir, 1\fnger Infernal; y segun las propiedades que se incluien en estos quatro Nombres, vereis quicn soi, y el poder que tengo, y el mal que puedo haceros; y si quereis poner {L prueba de las manos esta verdad, aqui salgo al desa:fio. Los dos esforgados Oapitanes, no temiendo Jas arrogantes palabras, con que Quilaztli, quiso atemoriyarlos, respondieroD: Si tu eres tan Valerosa como te bas pintado, nosotros DO lo somos menos; pero eres 1\fuger, y DO es ra9oD, que se diga de Dosotros, que tomamas Armas contra Mugeres; y sin bablarla mas, se a:partaron de ella, afreDtados de ver, que vna Muger los desafiaba, y callaron el caso, par-que no se supiese en el Pueblo." . Que esta leyenda se referfa a un suceso importn.nte en la vida de los azteca, DO puede dudarse; pues la conservaba, no solamente la tradicion, sino |