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Show 78 yor prosperidad. Lo demuestraula tradicion coustaute y unanime de aquello pueblos, los gcroglHlco , y los analcs que fijan basta los alios precisos de sn r iuado: todas e 'ta.s sou pruebas que determinan una personalidad que DO puedc toner Ull ser imaginario. El P. Duran supone que uno d los ap6stolcs prcdico ol 1 vaugelio en estas regiones; G~trcfa babla de Sto. rrom{Ls; 13ccorm Tanco cncuentra, que Quctzalcoa.tl y rromas significan lo mismo; Sigiicuza y Gongora afirm6 ya que Quetzalcoatl fue el apostol SLo. rromas, <J.UC prcdic6 el Evaugclio {t los indios. Poseo un volumen MS. do 517 pagina.s, en que, ya trabajos del mismo Sigii.enza, ya informes qnc lc di6 el josuita Duarte, se trata, la cuesLion con grau copia de datos. Eu uua de la paginas hay cl siguicnto tftulo: "Pluma rica nuevo Fenix cle b America." Si cs nad<t m{ts el bonador de Ia obra, la reunion de sus clcm uto ·, no importa; por Io meuos la.s apostillas y adiciooes son de letra de Sigiienza.: cste es el dccantado 1 euix de Occidcute, que por tantos afios so tuvo por pcrdiuu. El nos guiara en touo lo que digamos fiobre esta cuestiou. Mucl.J.os l.lan sostcuid.o de. pucs Ia opiuiou de Sigiienza. Funcbse tal opinion primcramcnte, en baber encoutrado los espaiioles cl culto de la cruz en diver as pa.rtes del Oontinente. El P. Vasconcelos ha.bla. do las buellas del Sauto en el Bra il. Fray Joaquin Brul.lo, en su Histol'ia del Perft, al babla,r de Ia cruz de Tluatulco, dice que fne entregada por Sto. Tom:J.s. El mismo Vasconcelos babla de ht cruz de Oozumel, y dice que Ia tcuian por dios de Ia lluvia; y que no habia pueblo vecino que no tuviese su cruz. Torquemada dice qne .bajo el tercer reiuado de 'l'61Ian, llcg:tron por ellaclo de Pannco, unos hombres blancos y barbados, que usabttu trajcs largos {L manera de sotanas, y quo debieron ser irlaudeses; y que Quetzalcoatl era su caudillo. BUI·goa habla de Ia crur. de Ia Mixtcca; y tcnomos adcmn. las de Tepic y Queretaro. Muy couocido es clrelievc del P<.tleuque, y sc encuentra la cruz en varios fdolos de Nicaragua. En nncstro · gcroglfficos so encuentra Ia cruz en Ia bolsa en que los saccrdotes llcvabau cl co1utll'i, en los adoruos de Quetzalcoatl; y yo tengo nu dibujo de uu barro del r,tlenque que rcpreseuta a un hombre fijadu cu la crnz. En algunas fiestas de Ol.l6lollau y 'rlaxcalla se crucificaba {L ln. victima y se le asaeteaba. Teucmos en los geroglHlcos el arbol :1 maucra. de crnz, que se quiebra y chorrea sangre. Los naboas llamaban {t la cruz Tonaccteul~h'l.titl 6 madero de nuestra came, y Qwiah~titziteotl 6 dios de las lin vias. Esta es en res(tmen Ia primcra prueba de que Quetza. lcoatl fue uu cristiano que vi no a predicar ol Evangelio. U nos lo creen Sto. 'romCt , cl Dr. Mier piensa que es el Sto. Tomas de :M:eliapor, el Sr. Orozco opiua que fL1e simplemente uu obispo Cristiano que lleg6 con las primeras expedicioues {t America. 79 Veamos Ia segunda prueba: la semejanza del rito con algunas ceremonias cristia.uas. Tenfao cl recuerdo del diluvio, pues segun los cronistas este era el Atonatiuh; jgualmcntc el de Eva, pues :1 ella referfau la Oih'l.tacoatl. Presentaban al tomplo a los rccien-nacidos, los bautizaban por inmersion, y entre los totonae<t los circuncidaban. llacfan Ia famosa comunion con el cuerpo de Ifuit~ilopochtli, y comfau Ia came de los sacl'ificados teniondola por carne del dios. Se confesaban de sus pecaclos a1 dios TezcatU] Jocct. Ten ian en su fiestas solcmncs procesiones. Oreian en cl in:fiemo Mictlan y en ellimbo de los niiios, lo mismo que en cl para1so Tlal6can. Ten1an su diablo Tlacatec6lotl, y sus diabbs cihuctpiJYUtzin que aparecfan por las sierras. Tenfau sus dioses abogados del agua y de las enfermeclades; sus nigromanticos, l.lccl.liccros y l>rujas, y sus <lias uefastos. Oelebraban la conmemomcion de los tlifuutos. Usaba.n ayuno , ab tinencias y sacl'ificios de sus cnerpos, y cxtremada devociou, sacriflcandole el trabajo y aun la persona. Tenlan orgauizado su saccrdocio por jerarquias, y recibian las pdmicias para sus dioses. Orcfan en la destruccion delmundo por genios malcficos, los tzit~irnc. Eu fin, decian que Quotzalcoatl era blanco, ruhio y barba.do, y que usaba tra.je tala.r sembrado de crnces, rojas 6 negms; y lc piutaba.n con nun. ma.uera de mitra, y con una especie de ba.culo en la. mano. Ounstituyen la tcrcera prucba., la.s profecfas que el mismo Quetzalcoatl bizo de que vendrfan por cl Oriente hombres blancos y barbados, y que el volveria cou ellos; profccfas que so confirman en b civilizacion del Sur por los grandes saccrdotes Na ha.n Pee y Ol.lilan Balam. Percl6ncnme los antiguos crouistas, desdc SigUcnza basta V cytia; y perd6neme mi maestro el Sr. Orozco y Berra; pcro ni Quetzalcoatl fue Santo Tomas, ni Ull obispo Cristiano del siglo X, ni sc predic6 el Evangenlio a los pueblos de raza nahoa. Voy a demostrarlo. Oomencemos por las profccfas. Todos los pueblos de la :mtigtiedad han tenido taumaturgos, que viendo las miscrias de Ia lmmanidad, Ia iumoralidad de las costumbrcs, y las desgracias de lo pueblos, ltan augurado la veuicla de clioses mejores; y las uacioncs que snfren, acogen esa.s profecfas como esperanzas do mejorar su tristc condicion. Todos los pueblos han tenido su :M:esfas, y ban espcrado su venida. Ademas, nose ha comprendido Ia leyenda de la vuelta de Quetzalcoatl: es toclavia un simbolismo astron6mico. Ouando se cmbri~1.ga con Quct~alpetlcttl; cuanclo en amoroso abrazo, cstrella de la t~trdc y tierra, se duermen en el suefio de la noche, dice Ia leyencla que Quet~alcoatl se fue a Tlillan 'l'lapallan IJ.'latlayan. :M:ucbo ha. becho discurrir cste lugar a los bistoriadores; y ha siclo parte para que no haya faltaclo quien con este mothro nos mudasc el imperio DurtAN.-To;o,r. n .-.A.P. 11 |