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Show 28 Por eso et·a. que al Ilevarlo ya mancebo al GaJmecac, Ie deseaban como supremo bien, que saliese do alll ya adiestrado en el manejo de las armas para que fuese a morir en la guerra por su dios. Y por eso era en fin, que a los muertos en la guerra les daban por mansion eterna, no el tenebroso Mictlan, sino el espleodido sol, el mismo Tonatitth. y para afirmar este dominio, aprovechando grandes oalamidades y fingienuo enojos de sus uioses, hicierou celebrar el famoso pacto de la guerra sagrada entre Mexico, Tlaxcalla y lluexotzinco, por el cual peri6dicamente s~tlian esos pueblos a combate, no para adquirir glorias ni conquistar tielTas, sino unicameute para llacer prisioneros que ofrecer a sus dioses, y asi aplacar sus clivioos enojos. De ahi vino, segun nos cuentan las cr6- nicas, que se cmpeuaseo los gncrreros en las batallas, no en herir y matar a su coutrados, sino en hacer el mayor numero de prisioueros para ofrec01 ·los a las aras del dios. En el gcrogH:fico del Museo, vemos Ia sorpresa delrcy colhua, cuando los azteca le presentaron en tenates, las orejas que l.labfan cortado a los xochimilca prisioncros. Y era el hacer prisioneros para el dios, cl modo de ascender en el ejercito tenochca, y de usar mayor s uistint ivos. El valiente que llabfa cautivado ados euemigos, usaba un t raje de algodon rayado, su mctqudhuitl, su chi11utlU rayado :1 semej auza del traje, un gorro sin plumas t erminaclo en punta, y una manta con ccnefa sencilla ue rayas. El que habfa cautivado a tres eoemigos, usaba el peinado rojo y con plumas, y sn manta era bordada. El que cautivaba a cuatro cnemigos, usaba manta listada de negro y naranjado con cenefa, y se cubria con una picl de tigre, por lo que se llamaba Ocelotl, que era ya gran dignidad en Ia milicia. Asi, segun nos indican los gerogHficos del cudice Mendocino, tau solo ol servicio del dios era camino para llegar a los altos puestos do la milicia, como la guerra no tenia otro objeto que la homa y la gloria de la, diviuidad. Ent6nccs fue cuando los sacrificios, que eran la ofrenda mas propicia, sc exteudiemn en proporcion que espanta. Nacia el niiio y se le clavaban puas de maguey; los esposos se sacrificaban cuatro dias antes de consumar el matrimonio, como elrey antes de subir al trono; en los funerales se mataban enanos y servidores; sacrificabanse en el templo, mancebos y v1rgenes, ancianos y sacerdotes; y dia a dia Ia guerra vomitaba centenares de cautivos sobre los teocalli, para que niH se Ics arrancase el corazou palpitautc, dcjando rouar su cucrpo cnsaogrentado por las gradas del t:zacualli. Y eran tantos los sacrificado ·, que los sacerdotes ya baiiados en sangre, se cansaban; y oLros llegaban {L ocupar su Iugar, y otros, y otros; basta que el sol se escondia entre sangl'ientos vapores. El Sr. Ramirez hacfa notar nn hecl10 para el extmordinario: que los me- 29 xicanos en sus dos siglos de cxistencia jamas se rebelaron contra sus senores. 'y c6mo, si la rebelion es Ia aspiracion de un pueblo ala libertad, al progreso, a la conquista de las ideas, y los sacerdotes se babfan apoderadu de todo lo que cl pueblo tenia, no dejandole mas ambicion que derramar Ia sangre ajena y su sangre propia por el dios y para el sacerdocioY Mexico era una lagnna de sangre, en don de se ahogaban Ia familia, la sociedad, las magistraturas y los reyes, y en la cual solamente sobrenadaba lngnbre y espantosa Ia figura negra del TeotecnhtU, del seiior del dios l CAP1rrULO III. 'l'onac ntC1cuhLli.-'l'ezcatlipoca . -Quot,zalcoati.-T ratlicion e~ nal1oas.- Mitos astron6micos.- La civilizacioo clel Nol'to y la del Sur.- Los tl apaltcca.- Los pnlcncanos.- T~os mayas.- Los mecn.-Ernigracioncs. Conocemos con el nombrc de raza. nahoa 6 ruf.htuttl, a la compuesta de los pueblos 6 nacionaliclades que bablaban el idioma que verdaderamentese llama nltlmatl, pero que genemlmente se conoce con el nombre de me-· xicano por haber sido la lengua del ultimo imperio poderoso de la raza, el imperio de Mexico. De muy antigua edad databa la existencia de Ja nacionalitlad nahoa. 1 Recordaba como su primer cclad cosmog6nica, como el primer gran cataclismo de la bumaniclacl el Atmwtiuh 6 sol de agua, en que Ja tierra fue inundada, y pcrecicron to.dos los hombres, .menos un par que se salv6 en el tronco de un abuehuete. El relato bfbhco nos .recuerdns este cataclismo en el diluvio, y la ciencia lo refiere a la separamon de los continentes y bundimieuto de la Atl{mtida. Conservaban no segundo recuerdo de epoca muy remota, pues segun sus t racliciones y pinturas, pereci6 scgunda ve7.i Ia humanidad por gran des tempestades de nieve, salv:: tndose ent6nces tam bien un par en el centro de una gruta: fue esta segunda calamiclatl el Ehecatonatiuh 6 sol de aire, y corresp?ncle a la epoca glacia1. El tercer cataclismo, igualmente de fecha muy l eJam~, fuc cl Tletonatinh 6 sol de fuego, que corresponde a la epoca de las grancles erupciones volcanicas cuyas huellas de edad inmemorial, se ven por donde quiera en el pafs. 'Muestrase la antigliedad del hombre en Mexico, por.haberse encontrado rastros de su existencia entre los innumerables clep6s1tos 1 V6ase mi Estauio arqueol6gico sobre Ia Piedra del Sol. |