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Show . . 4 bian dado por ent6nces. No supieron interpretar los gerogli.ficos, ni vivian ya los indios de la epoca de Ia Oonquista para que les pudicran comunicar sus tradiciones; pero bicieron sin embargo tratados completos de .lo que {L la sazon andaba por diversas partes dividido, y fueron por lo mtsmo sus obras de altisima importancia, aunque tuvieran la tacba de no ser originalcs. Las principales de aquella epoca son las Decadas de Herrera y la :M:onarquia Indiana de Torquemada; yen ellas sc pueden marcar por p{m·afos, los autores primitivos de donde tomaron su contexto. Hubo tam bien en el siglo XVII otra serie de cronistas verdaderamente originales y primitives, que al escribir la historia de sus conventos Y comunidades, 6 la de las misiones que iba,n a predicar el Evangelio a los pafses nuevamente conquistados, nos dejaron verdaderos tesoros sobre las razas y hts lenguas, y muchas ve~cs nos dan Ia Ilave del secreto de aquellas bizarras y misteriosas civilizaciones. Despues tuvimos a los bistoriadores de tercera mano, muchas veces bien inspirados y deseando encontrar la verdad; pero que no pucli.e~on 6 discurricron disponer de elementos nuevos, de manera que no hrmeron a, nuestra historia servici.os de grande importancia. Entre ellos tenemos a Veytia, qu~ en la mayor parte de su obra no bizo m~s que repetir ~o dicbo por Ixtlilxucbitl; {L Boturini cuyas buenas intencwnes se extravraron en nn sistema preconcebido, y fracasaron por el clespojo que de su museo Je hizo el virreinato; y a Olavigero, que con mayores elementos y en mejor epoca, habria sido acaso el mas notable de nucstros bistoriadores. Ya un hombre de talento superior, D. Oarlos de Siglienza y G6ngora, babfa comprendido que, para escribir nuestra bistoria antigua, necesario era volver {L las fuentes primitivas y al estudio de los geroglfficos. Boturini, animado de esta idea, habia formaclo su preciosisimo museo. ~l descubrimiento casual, a fines del siglo pasaclo, de las dos grandes p1edras que se encootraron en la plaza mayor, di6 al sabio D. Antonio Le0n Y Gam a ocasion de estudiar Ia m{ts hermosa fuente de nuestra historia, los monumentos. Pareda natural que descubicrta la senda, se siguiera sin vacilacion: de-jar las bojas de papel sujetas a ]a mentira y a las preocupaeiones de un escritor sin importancia, y leer ellibro de Ia antigiiedad en esas pa.ginas imperececleras de granito. Nuevos descubrimientos, expecliciones a las ruinas de Yucatan, del Palenque y de :M:itla, la publicacion de Ia obra de Lord Kings borough, Ia impresion de importantfsimos manuscritos de los primeros cronistas· todo im pulsaba a formar un nuevo sistema de estudiar Y de escribir nue;tra historia, y cupole la suerte de inicia.rlo al Sr. D. J os·e Fernando Ramirez. 5 Dedic6se desde luego el Sr. Ramirez a acopiar cuanto libro se refiriese a nuestra historia, a juntar cuanto manuscr.ito importante hnbiese sobre ella, y a estudiarlos tod~s; al grado que a pesar de las graves ocupaciones que le agobiaban en los altos cargos que constantemente desempeii6 en su biblioteca que despues fue mia; no encontre un libro importante ~ue no estuviese anotado de su mano, y machos rrianuscritos estaban copiados de su pufi.o y letra. Oomprendiendo la importancia de los monumentos nos di6 Ia explicacion de algunos de los que existen en el Museo, al fin' de la edioion de la Oonquista de M6xiao por Prescott, que di6 a luz el Sr. Oumplido. Rectific6 en luminosas disquisiciones que se publicaron en el Diccionario de Geografia e Historia, varios hechos importantes, rompiendo con las tradiciones absurdas y con las preoc"npaciones de raza y de religion. Y no solamente nos mostr6 .de esta man era el verdadero camino para escribir la historia, sino que siendo su mejor fnente los geroO'Uficos . b ' se dedic6 con empeiio a encontrar las reglas para Ieerlos. Los primeros escritores, sin duda que de prop6sito descuidaron tan importante materia. Despues busc6se en balde la pretenclida clave. El Sr. Ramirez hizo copiar en tarjetas, que hoy estan en poder del Sr. Orozco y Berra, mas de dos mil figuras con su significado, y de su comparacion encontr6 el modo de leerlas, que yo he· resumido en la siguiente regia clara y sencilla: los geroglfficos mexicanos se componen y leen, bajo las mismas reglas que se leen y componen las palabras compuestas en mexicauo. No tuvo tiempo el Sr. Ramfrez de escl'ibir Io mucho que sabfa: sin duda que· preparaba estudios de importancia, como se ve por los apuntes que dej6, aunque muchos de ellos no pueden entenderse. Oreo que preparaba tambien una nueva publicacion de Ia historia de Sahagun, y una impresion de la cr6nica de Tlaxcalla de Mufi.oz Oamargo, pnes en el ejemplar de la primera habfa heclw muchas correcciones como si lo destinara a la prensa, y el manuscrito de la segunda lo habla arreglado por capftulos ilustrandolo con notas de suma importancia. Y al Sr. D. Fernando Ramirez corresponde tambien la honra de varias publicaoiones que se han hecho, y para las enales he facilitado los libros que fneron de su biblioteoa. 1 1 Estns obras son las siguieutes: llistoria de la conquista. deN ueva Galicia por Mota Padilla. La impresion se hizo on un grueso vo-lumen en folio, con laminas, en cl "Bole tin de Ia Sociednd Mexicana de Geografia y Estadistica." Or6nica do Beaumont. La edioion se hizo en seis volumenas, en el folia tin de In " Iberia." C6dica Ramirez. La eiliciou se ha hecho en Ia "Bibliotecn Mexicana'1 que publica el Sr. Vigil. Ccdulario de Puga y Orcleuanzas de Ia .A.udieuoin. So han publioado en dos volumenos en el fo-lletin del "Sistema Postal." El poregrino indinno. ~o estu pui.Jlicaudo en el mismo folletin. An:.>les do Cunuhtitlau. Se est:l.u pll.I.Jlicaudo on los "Anales del Museo." |