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Show 30.1 . CAPITULO XII. De las demas casas de este sz"gno, de las cuales algunas eran £ndiferentes, y otras del todo malas. ·La cuarta casa de este signo se 11amaba Nauhccatl: decian qne era indiferente, a bien 6 a n1al. Reinante este signo ITHitaban a los adu1teros de noche, y en amaneciendo, echabanlos e~ Ja agua. Tambien tnataban a 1os cautivos por Ia vida· del Rey, y porque vivicse muchos afios, con1o esta susodicho en otro signo 1lan1ado Cequiavitl. Tambien reinante este signo, los nigronlanticos h~cian sus maleficios y cncantamientos, y teriian gran temor en este signo Nauhecatl, por esto ponian y rnetian cardos en ]as ventanas; suponian que con aquelfo se huian los hechiceros, y los mercaderes ricos que se Haman acx6teca, honraban este signo, y por su honra sacaban todas las cosas precio~as que tcnian en sus casas, como piedras, joyas ricas, y todos ]os plumajes de todes colores, y los cueros de animalEs labrados, y ll?ercancias de cacao, atapadores de gaJapago para tecori?ates, y todas las · alhajas que ten jan; todo .lo ~ual ponian ordenadamente en el patio de su 1gles1a ( calpulco) sobrc una manta rica, y quemahan i ncienso, y ofrecian sangt·e de codornices. Dec ian que lo hacian a honra de este signo, con1o si ca Jentasen to do Io susodicho_ al so), y despues de haber hecho sus devociones, comenza ban a comer y heber todos Jos merc.aderes y convidados, y dabanles a cada . uno las canas de humo y f!ores, y parecia ~omo niebJa eJ mucho humo que habia. A 1a noche JUntabanse los mercaderes, viejos, viejas9 y ernborra. c~labanse, y a1Ji cada uno se jactaba de lo ·que hab: a ganado, de las tierras que habia andado, de las par~es ~emot~s fl que habia 1legado, y fOr donde hab1a dzscurndo, y de los peligros en que se ha- 30!) bia visto en las tierras de los enemigos. Con estos cuentios afrentab,an a otros que no l)a_bian ido a lejas tierras, y decianlos que sietnpre habtan ~stado ~ras cl fuego, y que no sabian otros mercados sino el ttanquiztli que esta junto a su casa. En esto gastaban toda la noche parlando y voceando los unos con los otros, desprec~iandose rnutuarnente, y cada uno so loaba a si nnsrno. CAPITUIJO XIII. Del mal acriiero, que ton1aban si alguno en este dia t1"ope. zaba, 6 Je last'imaba en los. pz'es, 6 caia; y de las rnalas condiciones de los que naczan en la octava casa que se llama Chicu,'lpniquiztli, dondo hay mucho lenguage de los mal acondicionados, hombres, 6 mugeres. Mas decian, que la cuarta casa. de este signa era de mal aauero, y todos se gnardaban de refnr y tropozar: tenia.n °temor si . n,lguno tr<?pezaba, 6 se lastin1aba, 6 refl1a, pues dec1an q?e s1e~1pre ]e habia de acontecer, porque aquel s1gn? as1 lo de~andabaa Decian tambien, que los que nac1an en este s1gno serian pr6speros, venturosos y a_nirnosos, y no se b~utizaban luego, sino hasta ]a .setima casa de otro signo llarnado Chicomecoat!: dec1an los maestros c~e este arte, que rnejoraba Ia ventura del que h? b1a nacido, por ser tnas prospera, po~·q~e cste Chz.comecoatl era signo de todos los Inantenimientos, y ?Ien .afortunado, y era setimo, el cual . numero era bien ~~c~~so. La quinta casa de este sign~ se ll~ma Macuzlhcalli, y la sesta Chiquacenc,aJtzpalzn1-: d ec1an que ct~a n Jnal afortunados, porque cstas dos era? casas del dJ?S Macualxuchitl y ~ Mictlantecutli: cualqui~ra que nac1~ en estas dos casas de estos signos, s1endo varon, o · muger era 1nal afortunado, mal acondicionado, desventur~ do, reboltoso, pleitista y alborotador, al . cual * |