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Show 184 cas pegado al cuello, tan ancho como todos los pechos, que descendia hasta los pies, del mismo anchor: y aunque sobraba sobre los pies mas de dos paTmos que se tendian delantc de los n1isn1os pies, era de tal manera ~ormado este ornarnento, que cua1quiera aire que corr1ese por· poco que fue~e, 1e rneneaba y levant~ ba, y todas las pJurr1as resplandecian y parecian de d1versas colores. Estaba sentada esta e~tatua en un trono de cuero de tigre, que tenia pies rnanos Y. ca b eza natural, au-nque estaba seco. Esta' ba tanl-' ba~n esta estatua nsi adorna.da no lejos de cste Iugar que estaba delante de ella. -.A Ja media noche s~~aban fu:go nuevo para que ardiese en aqueJ lugat, ~ s?cabanlo- con unos palos, uno- puesto abajo Y soln e el, y barren a ban con otro palo, como torc·iend~> l~ entre las manos con gran prisa, con cuyo moVHiuento y calor se encendia el fuego: de alii Jo toI~ a?an con ye~ca, y ~olocabanlo en e) hogar. En amaDt! Ciendo el d1a. sJgtHente, venian todos los Inuchac~ os Y mancebtllo.s, trayendo todos la caza que hahian to~n~do el d1a antes, y ordenabanse todos en rencle, e 1ba~ dclante los viejos que estaban alli junto al calpullz _ donde estaba ]a estatna, y ofi·eci~n las aves . que trcuan cazadas oe to d.? genero, y ta mhien p~ces, cnlebras, y otras sa.b~ndJJas del agua; y recibtendo estas ofrendas los VleJos, echabanlas en el fuego que era grande, y ardia delante de Ia estatua Las mugeres Y toda Ja gente se ocupaba en hacer. unos tan~ales que ll~man chalchiuhtamalli, y tambien en atnaneci~ ndo. los I ban a . ofrecer delante de esta estatua y as• habJa gran cantidad de ellos deJante ]a estatua~ y como los muchachos ofrecian Ia caza que traia~' entraban asi con1o ibnn ordenados, y daban una vue]~ ta ~n rededor ~~I fuego cuando pasaban junto Cl· est~ an otros VIejos que daban ~ cada uno de Io~ mu~hachos un tarnal, y asi se tornaban a salir or su orden. A estos tamales los 11-amaban tambien ch~l- ) 185 ch£utamalli. En todas ]as casas se hacia esta comida, y con vidahanse unos a los o~ros, .con ell<?s a porfia trabajanclo cual por cual hanel: pr~mero <hch~s tant~les, y la que primero J~s hac1a, 1ba lueg<? a convtdar con ellos a sus vec1nos, para mostrar su rnayor diligencia, y n1ayor urbanidad. La vianda que se con• ia con estos tamales eran unos camarones, que ell~s Ilaman acociltc, hechos con un caldo, que llamaban chalmulmulli, y todos con1ian en sus casas est~ .conlida muy caliente y tras el fuego, y las carnisillas de ma1z, con que estaban revueltos los tatnales, cuando se las quitaban para corner)os no las echaban en el fueao sino que las juntaban para echarlas en el agua. En 5a~abando de tomar esta cornida, luego bebian pulcre los viejos del barrio en la casa del Calp.ulco donde estaba Ia estatua, y llamaban esta beb1da te;calcevia: bebian y cantaban delante de ]a ima~en de Xiuhteeutli basta la noche. Esta es la relaciOU de la fiesta 'que llamaban V a_uhq~iltamal9ualiz~li. Lo que esta dicho arriba, se hac1~ a los ~1ez d1as de este mes, y a los veinte del m1srno . hac Ian o_ t ra vez la estatua del dios del fuego de. pahllos .. Y ctrcu]o~, atados unos con otros, como arriba se diJO. Conclui· d~ la estatua, ponianla una caratula 6 mascara hecha de mosaico, de pedacitos de conchas, que llaman teJ.pachtli, la barba y basta la boca tenia esta mascara de piedras negras, que llan1aban tcutetl; tambien tenia una banda de piedras negras, que atravesaba las narices, y an1bos rostros eran hechos de unas piedras que llaman tezcapuctli. Ponianle en la cabeza una corona de plun1ages ricos, que estan en derredor de la cabeza, y del tnedio salian muchos quetzales ricos y altos: colgaban de esta coron.a, sabre las espaldas uu.as plumas verdes n1~y prec1osas. Tenia aquella corona adornado el ehap1tel de unas . plumas mny negras, que resp1andecian mucho, las '}Ue crian las gallinas, y los gallos en el pescuezo, |