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Show III xicana esta llena de palabras Chinas. Dcsde luegtl, con so]o leer en el viage del Lord Macartnei las terminaciones de los magnates de aquel imperio, se vera que son las mismas de los Mexicanos con la particula reveren cial tzin '-~·c. '-YC. Tenemos mejores testimonios en Remesal ltistor. tle Chiapa lilJ. V. cap, 7. cuando el Santo Obispo de Chiapa lleg6 a Campeche el ano 1544 de paso para su Obispado con reli2iosos; Dominicos. ,,No solo averiguaron ellm; lo mismo que Montejo, sino que los Indios se bautizaban todos sin falta dando al bautismo el nombre de renascencia, como Jesucristo le llama en el Evangelio: nisi quis 1·enatus jue1·it ex aqua <tc.: y que lo recibian con las mismas ceremonias de los Cristianos basta imponienrlo ellien· zo blanco, y con ecsorciFmos, ayunando antes tres dias los padres, y guardando eontinencia ocho dias despues, y confesandose los que eran grandecmos como en la primitiva Iglesia los catecumenos. Y todos usaban Ja con~esion y otras muchas ceremonias de ]a Jglesia.n El Santo Obispo envi6 a vi~itar en su nombre al interior i'i ~~ ... clerigo Fra.ncisco Hernandes peri to en la lengua, y este le esc~ ·Ibw: que habH~ndoles preguntado por su creencia ant.igua respon· d1eron, que cre1an en la Trinidad, a cuyas personas daban los verdaderos nombres en su lengua, ~on perfecto conocimiento del resto de la religion de Jesucristo, en cuya memoria ayunaban el viernes dia de :su .muerte, Y ve~er~.ban a s~ madre virgen: que aquelJa doctrina vema de padres. a JliJOS de t1empos antiguos, en que vinieron 20 hombres y el prmc1pal de ellos se llamaba Cozas, los cuales mandaban que ~e confesasen las gentes y ayunasen. El Santo Obispo refiere todo esto y mas en su hi storia apologetica de los Indio~, co ~o puede leerse en Remesal ubi supra: y en Torquernada t. 3. hb. 15 cap. 4-9, y concluye el Obispo: ,En la tierra del Brasil que poscen los Portugueses se irnagiua halJarse rastro de Santo To~ as ap~stol, y parece h3 her sido en Yucatan nuestra santa fe sahid~ . C1ertamente esta ti erra y reyno da a entender cosas mas especiales y de mayor antiguedad que en otras partes de las Indias por las gra.ndes adm1rables y escesivas maneras de €dificios y le: t~~ros de cwrtos caracteres, que en ninguna otra parte se hallan. Fmalmente secretos son estos que solo Dios los sabe.» I-I~n se averiguad.o muchos de estos despues del tiempo itel Santo Ob1spo, pues qmen leyere las Cr6nicas del Brasil, especmlmente del P. Manuel de N6brega, vera que aliJ conservaron hast~ el n~mbre de Jesus y Maria, y el de Santo 'rome que Jes habta pr.edJcado. A pen as los EspanoJes pusieron el pie en las riberas ?el .R1o de la Plata, que el ~?misario de S. Francisco, que fue destwa~o con otros cuatro rehgwsos para eJla, no pudiendo entrar en el no fu.e al puerto. de D. Rodrigo, que hoy llaman, ·dice eJ de _S, Franc1sco, y escnbe a un Consejero de Indiai desde alii e~ ( I tv 1 de mayo aiio 1538: que ]os cristianos fueron recibidos c.~mfl finfreles de los Indios, de quienes averigu6 que cuatro alios a~tes habia habido alli un profeta llamado Eguiara, que les anunc16, que presto 11egar1an Cristianos hermanos ?e ~ant? To~e a ba~tizarlos, y no lcs hiciesen mal, y asi les hacmn 1nfimto b~ e n: y d1cc, que hall6 que en los cantares que les ensen6 a los Indios mandaba, que se guardasen los mandamientos y otras m.uchas cosas de los Cnstianos. V ed la Carta en Torquem. t. 3. llb. 5. cap. 48. Ellos pues referian su cristianismo a Santo Tome, y el mismo seria el Eguiara que dice haber precedido cuatro anos, y serian cuatro edades como en YucaUin, si no fue algun sacerdote que recordase la profecia. En una palabra, que un hombre venerable, barbado, blanco, pelo y barba larga, con un bacula, predi<;6 en toda America u.na ley santa, y el ayuno de 10 dias, y levanto ~ruces que los IndiOS' adoraban, y les anunci6 que vendr1~n del onente hombres de su misma religion a ensenarlos y dommarlos; es un hecho tan constante en todas las histori as que han escrito los Espanoles, no menos que en los geroglificos Mexicanos Y. Quipo.R P~ruanos, que. es. necesario creerlo 6 aba ndonarse a un c1ego puromsmo. El Vtracocha barbado d~l Peru no era otra cosa, y del tuvieron los Incas la Cruz que guard a ban con venera cion en su Palacio, y la prediccion de que irian gentes barbadas y blancas: y por eso llamaron ii los Espaiioles vi1·acochas, y aun conservaron el nombre de Santo Tome; pues por eso a nuestros Sacerdotes 11amaron Paytumes 6 padres Tomes, aunque a los suyos llamaban Moanes. Santa Cruz de la Sierra llam6se asi, porque los Indios les presentaron una que CQnservaban con veneracion uravada en una piedra. No necito decir 0 . mas porque hasta de Garcilazo conRta Cl) que por semeJantes tra-diciones se sujetaron los Peruanas sin efusion_ de sangre a los Espaiioles, segun les estaba mandado de antiguo por sus Incas. En Mexico la turbacion de Moteuhsoma, sus consultas con el.rey de Tezcoco luego que Ju~n de Grijalva aniv~ ... ~or la pnmera vez a I a costa de N. Espana, los regalos que env1o a Cortes &c. no provinieron sino de la misma profecia 6 tradiccion, con que esperaban a su antiguo predicador Quetzalc6huatl, 6 gentes de ~u religion. Es necesario leer sabre esto a Torquem. Mon. Ind. tom. 1. lib. 4. cap. 14. Y dice Boturini, que vi6 en los geroglificos de los Mexicanos, que puntualmente lleg6 Cortes en el mismo ano y caractf'r ce acatl en que ellos aguardn.ban a Q'lletz alcohuatl; de suerte que c.uando Cortes lleg6. no era la dificultad de reconocerle como S~iior, sino de saber si era el mismo 6 venian de su parte, pues en muchas seiiales convenian, aunque la cruel- (*) Ved pag. 145 del t. tom. de esta. I-Iistor. |