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Show 260 COMIENZA EL APENDICE DEL LIBRO TERCERO. CAPITULO J. De lo$ que iban al lnfierno y a~ s·us ohsequt·as. Lo que dijeron y supieron los naturales antiguos y senores de est a tierra, de los que se morian e s: que las animas de ]os difilntos iban a una de las t~·es part~~, Ja una es el Infierno donde estaba, y viVIa un dtablo que se decia Mictlantecutli, y por otro no~1bre Tzontemoc, y una diosa que se llamaba Micte~ uczoatl q~e era muger de Mictlantecutli, y las animas d.e Jos dtfuntos que iban al lnfierno son los que mori. an de ,enfermeda? ahora . fuesen senores, 6 prin· c1pales, o gente baJa, y el dta que alguno se moria, varfln, muger, 6 1nuchacho, decian al difunto echado e.n la earn a antes . que lo enterrasen, iO hijo, ya havets P.asado y .padec1do los trabajos de esta vida! ya ha stdo se.rvtdo nuestro senor de llevaros porque no tenernos VJda perrnanente. en este mundo, y bre· vemente como quten se cahenta al sol es nuestra vid~, e __ hizonos n1erced de que nos conocieserrJos y c?nversacenlos los unos a los otros en esta vida, y a n?ru ~~ p~esente ya OS })evo el uios que se llama Mzctlanwcutlt y por otro non1 bre .!Jculnaoacatl, 6 Tzontemoc, y ld di.osa que se dice Mictecacioatl, ya os pu~ o por su as1ento, porque todos nosotros iremos alia Y aq_uel Iugar es J?ara todos, y es muy ancho, y no habra ~n.as rnemona d~ vos: ea .os fuisteis al Iugar obscuns1mo, que no tlene luz nt ventanas ni habeis mas de volve.r ni sa1ir ~e.alli, ni t~mpoco' haveis de tener mas cutdado y sohc1tud de vuestra vuelta despues de haveros ausentado para siempre jatnas; ha- • 261 beis Y.a deja.do vuestros hijos pobres, huerfanos y nieto~, n1 sabets c?mo han de acabar, ni pasar los trabaJOS de esta v1da presente, y nosotros alia irernos adonde vos estuvieredes antes de n1ucho tiempo. Dcspues de esto hablaban, y decian al pariente del difunto i6 hijo! esforzaos y tom ad ani rno, y no dejeis de comer y beber, y aquietese vuest.ro corazon ~que podemos oponer nosotros a lo que dios hace? por ventura esta rnuerte aconteci6 porque alguno nos qniere mal 6 haec burla de nosotros? cie'rtamente es por cierto, porque asi lo quiso nuestro senor que este fuese su fin. ~Quien puede hacer que una bora 6 un dia sen. alargado a nuestra vida presente en este mnndo? Pues que esto es asi, tened paciencia pa· ra sufrir los trabajos de esta vida presente, y que la casa donde este vi via,. este yerma y obscura de aqui a de· lante, y no tenga1s rnas esperanza de ver a vuestro difunt~. No conviene que os fatigu eis n1ucho por Ia horfan1dad y pobr-Jza que ·os queda: esforzaos hijo, no os mate la tristeza: nosotros hen1os venido aqui a visitaros y consolaros con estas pocas palabras coIno nos conviene hacer a nosotros, pues que sornos padres y viejos, porque ya nuestro senor llev6 a los otros que eran mas viejos y anti£"uos, los cuales sabian mejor decir palabras consolatorias a los tristcs, y con esto ponetnos tin a nuestra platica, quedaos a dios. Luego los viejos ancianos y oficiales de cortar papeles co.rtaba.n, ?_der~zaban y ataban los papeles de su ofic1o para el dtfunto, y encoglanle las piernas, y vestianle con los papeles, y lo ataban, y torna ban un poco de agua qne derrarnaban sobre su cabeza. dici:ndo al difun to: ,,esta es la agua de que g.ozastcis V1v1endo .en el mundo" y tomaban un jarrtllo lleno de la m1sma y dabansel0 diciendo. ,Veis aqui con que habe\s de caminar" y ponian1e entre las mortajas, y asi amortajaban el difunto, con sus nlantas y papeles, y atabanle reciamente; y mas daban Tom. 1. 36 |