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Show 271 lo; y si era ya de · edad convenible para vivir y es~ tat· en Ia casa de Calmecac, luego le dejaban alii en poder d.e los sacerdotes, y ministros de los idolos para crtarle, y enseflarle todas las costumbres que se usaban en la casa. CAPITULO VIII. De las costumbres que se guardaban en la casa que se llamaba Calmecac, dQnde se criahan los sacerdotes, y ministros del ternplo desdc n£nos. . E1·a la primera costutnbre, que todos 1o$ n1i-n1~ tros de los idolos que se llanHtban Tlamacazgue, clornna~ en la. ca~a de ()alnucac. La segunda era, que barnan y hn1p1aban la casa todos a las cuatro de la f!lafla~a. La tercera, que los muchachos ya grandecillos 1ban a buscar puntas de maguey. La cuarta era, que los ya grandecillos iban a traer acuestas la lena del monte que era necesaria para quemar en ]a casa c~da noche, J cuando hacian aJguna obra de. ba:ro, o pare des., o de labranza, 6 zanjas, 6 uceqJatas, 1banse todos JUntos a trabajar en amaneciendo; solnrnente quedaban los .que guardaban la casa, y los (}Ue les llevuban la com1da, y ningnno de ellos falta~ a: .con mucho 6rden y conci~rto trabajaban. La quinta e1 a, qt.Ie cesaba.n del trabaJO un poco telnp~·aniJio, y lueg~ ~ban derech~s · a su mona.sterio a entender en e~ serv __ tcto de sus. d 1oses, y egercicic)s de penitenCia, y c; banars~ pnmero; y a Ia puesta del sol comenzaban a apare.Jar las casas necesarias, y a las once h.oras de 1a noche totnaban eJ can1ino llevando constgo las puntas de maguey_ cada uno a .las soJas, y l1evab~ un caracol para taner en el camino, y un incer~ sa~Jo de barro, y un zurron 6 talega en que iba el .Incienso, teas y puntas de n1aguey, y asi cada uno 275 iha desnudo a poncr nl lugar de su devocion ]as pu~tas de maguey; y los que querian h~cer gran. perutencia, llegahan acia los rnontes, y sierras y r1os, y los grandecillos llegab~n hasta tnedia l?gua; y en lle~ gando al Iugar determ1nado, lucgo pon1an las puntas de mnguey, metiendolas en una pelota hecha de he· no, y asi se volvia cada uno a solas taflendo el caracol. La sesta era, que los ministros de los irlolos. no dormian dos juntos, cubiertos con una mnnta, sino cada uno apartado del otro. La setima era, que la comida que hacian Ia guisaban e~1 ]a casa de Calmecac, porque tenian renta de comunidad que ~astaban para Ia comida, y si traian a algunos cotnida de sus casas todos la -con1ian. La octava era, que cada n1eclia noche todos se levantaban a.· hacer oracion, y al que no se ]evantaba y dispertaba ca~tigabanle punzandole las orejas, el pecho, muslos y pier. nas, metiendole 1as puntas de magucy .por todo el cuerpo en presencia de todos los nnn1stros de ~os idolos, porque escarntentase. La nona, q.ue ~lnguno era soberbio, ni bacia ofensa a otro, n1 era Jno· bediente a Ia orden y costunlbres que ellos usaban; y si aJguna vez parecia alguno borracho, 6 amancebndo, 6 hacia otro delito crin1inal, luego le mataban ·6 le da.ban garrote, 6 le asaban vivo, 6 le asaetea)> an; y a qui~n hacia culpa venia), luego le pun'laban .las orejas y lados con puntas de maguey. 6 punzon. 'La decitna era, que a los muchachos castiga.ban P?U· zandoles las oreja~, 6 los azotaban con ort1g~~· La undeci£na, que ala nledia noche todos los ministros de los idolos se baiiaban en una fuente. La duodecima era, que cuando era dia d~ ayuno, todo~ ay~- -nahan chi cos y grandes, no conllan hasta tnedto d1a, · y cuando· llegahan a un ayuno que se llatnaba atamalqualo, ayunaban a pan y agua, y otros que ayunaban ·no cotnian todo e) dia, sino a I~ media no_ che, y otro dia hasta la media noche, y otros no co· |