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Show . . Vlt ~:nn~nte que· los Indios crelan y usaban los siete s~cramentos, e~· m en el puede verse. De ahi el P. R emcsal, hombre muy vendico, trae todo lo que de el citam?s antes y mas, a.un(ue el tambien se parapeta un poco con el ?J~blo. iPobres ~ndws. iY: que no se puede negar que tuvieron not1c1a del Evangeho, su ~postol ha· bia de ser el rnismo diablo! Pero el .diablo esta en Cant,tllana ~ decia asustado el alcalde de esta villa por no atreverse a revcla.r que alii estaba D. Pedro el cruel, y el temor del gobierno ha 1mpe· dido esplicarse a los AA. especialment.e a Remes~l,_ cuya ?bra en America y Espana sufrio por su impreswn una opos;c~on ~ernble: Ha habido otros que In han hecho de proposato a la d1cha predicacion para ad~llar al g:obierno. Tal es cl cele br~ Solorzano, que trabajando de ;ure lndwrum para cstable c~r ]?s titul~s del dorninio de los reyes do ~spana sobre elias, ~ h~bwndo ~ado ~or principal la bula de AleJandro 6 ~ y la predicacion del Evange1w. arrernete contra las pruebas de estar hecha por Sto. Tomas; pero habiendo salido luego a luz y en favor de ella las obra::; de Fr. Gregorio Garcia, Dominicano, y de F. Antonio Calancha, Agus · tiniano, se retracta en su Politica I ndiana lib. 1. cap. 7. diciendo ,que no se opone a la tal predicacion Apostolica respecto de Ja mucha dilig~mcia que en averiguarla testifican haber puesto es· tos AA.;" bien que todavia no se dcspide enteramente de sus favoritas monerias del diabl<l, y advierte que estando ya olvidada la fe, eso nada perjudica a los derechos de S .. M. Acabara de rebentar, y dijera claro cual era el movil de su oposicion. Dichos dos AA. que cito y a los cuales dice se debe leer precisamente, arrojaron de una vez la mascara sin precaucion ninguna. El primero era Europeo, autor de la ltistoria de los Incas, de la Ecleciastica de lndias, del origen de los Indios reimpresa en Madrid, aunque la menos valuable de sus obras; y en esta apunto algo de lo que escribio despues en su-Predicacion del Evan-· gelio en el nuevo mundo, viviendo los Ap6stoles. Es un tomito en 8 ~ impreso en ·Baeza. Trae muchas y muy buenas pruebas como por ejemplo: haberse encontrado entre los Indios toda la Biblia en figuras, lo que pareciendole no se le habia de creer en Espana, pidio a los misionros en Veracruz le diesen su testimoniO por eserito, como lo ej-ecutaron. Ya Torquemada contaba, (ubi supra,) que los Misioneros habian encontrado en poder de los Indios figurados varios articulos de fe ~omo la resurreccion y la crucificcion de Jesucristo, aunque no lo tenian pintado en Ia Cruz con clavos sino atado: y la imagen de la Virgen con otras dos Santas, sino que aquella tenia una cruz en el pelo, y eso decian sig· nificar que eJa mas santa. No se fija Garcia en apostol, aunque cuenta1 que unos creian hubiese sidn S. Bartolome que predico ell la India citerior, y que creyendo suya por la 8emejanza una imagen que tenian los Indios, le hacian gran fieita loi mestizos del ' VIII. Cusco: y otros que el ap6stol Sto. Tomas que predico en la India ulterior, y de haber predicado en la China trae Ia relacion que sobre eso dieron sus sabios, habiendo registrado sus archivos de 6rden de una Emperatriz. El P. Calancha, criollo de Ia ciudad de ]a Plata 6 Chu .. quisaca, prometiendo todavia mas en otros t6mos de su Cr6nica de S. Agustin del Peru, ocupa todo su libro 2 ° del 6nico t6mo que. yo he visto, en probar Ia predicacion evang~lica en todas las Ind1as por el Apostol Sto. Tomas, unico de quien los Padres di .. cen se rcmont6 a naciones barbaras y desconocidas. En efecto tod_ os lo hac en. Apostol de Jos . Partos, y en est a palabra los an· bguos entend1an hasta los Chmos y los verdaderos Indio~, as] llarnados del rio Indo, o sea de su rey Indo. . En dicho libro vera el lector Ia multitud de AA. Espaiio-les y estrangP-ros que han sostenido 1a dicha predicacion, como Fr. Alonso Ramos en su historia de Copacavana; Rivadeneira en su Flns Sa1tctorum vida de Sto Tomas, y otros muchos. Alli vera que los misioneros, asi como en Mexico se ernpeiiaron ~n quemar co· mo tlguras magicas los eseritos de los Indios, en el Peru hacian picar los letreros grabados en piedras, que los Indios veneraban como reliquias o memorias del varon venerable que les predico una. ley santa: lo que sabido por Sto. Toribio Arzobispo de Lima, mando cubrir los l.u~ares donde estaban con capillas, juzgando d.igna de respeto tal tradic.JOn. Alii ~e vera como por los cantares de los Peruanos y sus quipos (de quienes da mejor idea que cuantos AA. he visto, ecepto un Italiano, que ha puesto este genero de escritura en tal claridad, que ha escrito en hilos hasta canciones qui· chuas) constaba, que un varon santo, blanco, barbado, ojos azules, pelo largo, vestido de blanco, capa judia de varios lienzos 6 piernas, con sandalias, un libro bajo el brazo, y dos discipulos, les predico el Evangelio, di6 las cruces, derribo los idolos, e hizo muchos prodigios: relacion y senales que cuadran admirablernente con el Quetzalc6huatl de Mexico, lJamad& en Yucatan, Campeche &c. (pais que los Mexicanos llama ban Onohualco) Cozaa, Cocolcan, y Chilancambal. Que Quetzalc6httatl. fu~se Sto Tomas, lo sostuvo e I celebre matematico e historiador, cosrn6grafo mayor de las Indias, D. Carlos de Siguenza y Gongora en su Obra intitulada-Fem·z del Occidente el ap6stol St6 Tomas, que citan D. Nicolas Antomo, Pi· nelo, la. Biblioteca Mexicana de Eguiara &c. El can6nigo Uribe en su dictamen sobre el sermon del Dr. Mier dice, que creia se quedo csta obra so]o intentada, y yo creo que necesitaba estudiar rna~, y .h~~ie~a leid~ en la libra astron6mica de dicho autor, que le Impnrnii} en Mexico el factor del rey, que este enumerando en el prologo las obras de Sigiienza con "distincion de las completas - ,., ·- Tom. I. ·39 • |