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Show 234 § l.o Del nacimiento de VITZILOPUCliTLI. (a) Segun lo que dijeron y. su.p~eron los. naturales viejos del nacimiento y pnnc1p1o del diablo que se decia Vitzilopuchtli,. ~~ cual daban mucha hon_ra Y acatamiento los mex1canos es: que hay una sierra que se llama Coatepec, junto al pueblo de Tulia, donde vivia una muger que se llama.ba Coat~ycue 9ue fue madre de unos indios, que se dec1an Centzonvztznaoa, los cua1es tenian una herrnana que se ll~ rnaba f!oyolxauhqui, y esta G_oatlycue hacia penitenc1a ~a~r1endo cada dia en la sierra de Coatepec. Acontec1ole un Ies, no menos que la falta de m~dios. para transmi.tir. ii la posterichd la relacion ecsacta de sus 1ntenores. aco~tecimtentos, ha hecho que su historia: princ~p~J:nente la mitologica se refiera ?on tanta obscuridad e lnverosimlhtud, y que apenas se haga percephb~e a los versados en su idioma (que hoy son pocos.) 9ua~do Veytia. refiere la historia de Malinalxochitl heroyna de varoml ah~nto, hernlana de Vitzilopuehtl·i, y que en todos lms reencuentros q_ue t,u- . vieron los rnexicanos en su emigracion se senal6 por su b1zarna, talento y discrecion dice ••. Esta relac.ion fabulosa envu~l~e ~n :su~ ceso verdadero, porque de esta especte de mbulas alegoncas usaron mucho estas gentes, principalmente en los cantares en ~ que se encierra parte de su historia~ . Esta regla de kJuena critJCa se recom1enda para entender mucbas relaciones que se prcsentan con el caracter de. fabulosas, pero q_ue tienen un fondo de verdad; mas para descubnrla se hace prec1so estar instru·idos de los usos, costumbres, arte de Ia adivinacio~ de los indios antiguos &c. conocimientos que ap1icados con oportun1dad, dan luz para la verdadera inteligencia de pasages que de otro modo se harian ininteligibles. Creo por tanto. que mucho~ de los le~tores de esta obra despues de haberla med1tado, se veran en a~tltud de comprender muchos lugares y relaciones .gr~badas en piedras y estatuas que hoy solo sirven de mera cunostdad en el ~useo nacional, y que se dara mayor luz cnando sugetando a prmcipios y clasificaeiones los caracteres mexicanos puedan f~rmarse unas cartillas seguras, como entiendo que lo han co~segut?o los sabios franceses de Ia espedicion de Egipto que condujo el Inm?rtal Napoleon, mas all a del Nilo, y por cuyo medio han entend1do (a) Vease a Clavijero tom. 1.o pag. 234. 235 dia que andando barriendo descendi6 sobrc ella una pelotiJla de pluma, como ovillo de hilado, y totn61a y pusola en el seno junto a Ia barriga debajo de las enaguas, y despues de haoer barrido la quizo toroar, y no Ia hall6, de que dicen se emprefl6; y como vieron los dichos indios Centzonvitznaoa a la Inadrc, que ya era prefiada, se enojaron bravamente preguntando ~quien la ernprcflo? ~Quien nos infam6 y avergonz6,? y Ia dicha hern1anu que se Jlatnaba Coyolxauhqui deciales: ,hermanos, n1atemos a nuestra madre porque nos infarfl6, habiendose a hurto etn prenado, y despues de haber sabido la dicha Coatlycue el negocio, pes6le n1ucho, y atemorizose y su criatura hablabala y consolabala diciendo: ,no ten gas rniedo, (]Ue yo se 0 .que tengo de hacer" y despues de haber oido estas palabras Ia dicha Coatlycue, quiet6se1e su cora-zon, y quitosele la pesadumbre que tenia, y como los dicho3 indios Centzonvitznaoa habian hecho y acabado el consej'o de rnatar a la n1adre por aquella infamia y deshonra que les habia hecho, estaban enojados rnucho, juntarnente con la hermana que se decia Coyolxauhgui Ja cual les inportunaba para que ma.tasen a su ITJadre Coatlycue, y los dichos indios Centzonvitznaoa habian tornado las arn1as, y se armaban para pelear, torciendo y atando sus cabellos asi como hombres valientes, y uno de ellos que la historia de aquel pueblo y de sus reyes, grabada en las famo· :5as piramides que hoy adrniramos. Proteja cl gobierno con rnano generosa la: empresa, y no dudemos de su buen ecsito. No contribuira poco a este objeto la lectura de la Cr6'11ica mexicana que comenze a publicar el aiio de 1822 en las oficinas de Ontiveros y V aides, y se lee en doce cartas, que son la redaccion de los manuscritos de V eytia que no lleg6 a leer Clavij(·ro, y de que se lament6 en los ultimos .dias de su vida. C3rlos III, apreci6 mucho a este sabio poblano, y en remuneracion de sus obras, agraci6 a cuatro hijos suyos con una cruz de las 6rdenes antiguas militares de Espana, aunque su obra no lleg6 a imprimirse, pues se ~ponia ala publicacion de esta clase de docun1entos el consejo de indias. |