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Show 516 Cuenta la historia en este Iugar, que andando Monte9uma buscando y imaginando d6nde se ir {~, escondcr, que aconteci6 un caso prodigioso con un indio de la provincia de Tezcuco, natural del pueblo de Coatepec, y es que estando un indio labrador labrando sus mil pas ( 6 sementeras, que e to quicre decir mil pas), con to do el sosiego del munclo, bax6 de lo alto un aguila poderosisima sobre ely ecbandole mano con las unas de los cabellos, lc subi6 a lo alto, 1 tanto que los que le vim·on ir casi le perdicron de vista, y llevandole a un alto monte le mcti6 en una cueva muy oscura, y puesto alii oy6 al aguila dccir: poderoso senor: yo e cumplido tu mandado y aqui esta ellabrador qu me mandaste traer; el qual oy6 una voz, sin vcrquienlahablaba, que dixo:seais bien v nidos:metedlo aca, y sin ver quien, le t.omaron por la mano y lo metieron en un aposen.to claro, donde vido estar a Monte9u1na, como dormido y casi fuet'a de su natural sentido, y hacienda sen tar allabrador en un sen~ tadcro junto :1 el, le fueron dadas unas rosus en la mano y un humac; o de los que ellos usan chupar, enccndido, y dixole el que se lo di6: toma y descansa y mira ese miserable de Monte9u1JW qual estC1 sin scntido, cmbriagado con su soberbia y hinchazon, que a todo cl mundo no tiene en nada; y si quieres ver quan fuera de si le ticne esta su soberbia, dale con ese humazo ardie11do en cl muslo y vedLs como no siente. El indio, temiendo de lc tocar, le torna.ron {t decir: t6cale, no tcmas: cl indio con el humazo ardiendo lc toc6 y cl 1Jfonte9wna fingido no se mene6 ni sinti6 el fuego del humazo. La voz que le hablabn le dixo: i ves c6mo no siente y cnan insensibl esta y cu{m embriagado 1 pues sabetc que para estc eft:~ to fuistc aqu( traido par mi. man dado: and a, ve, vuclve (\llugar de dondc fuistc traido y dile {t, Monte9unw lo que as visto y lo que te mande hacer; y para que entienda ser verdad lo que le dices, dile que te mucstrc el muslo y cnscnal cllugar dondc lc pegusLc cl humazo y halladt all( la senal del fuego; y dile que tiene enojado al Dios 1 Este c un rupio como cl do Ganbnedes, trasporLudo t111nbion por un U.g uila a Ius rcgiouos colostoA, nnnquo 110 on igual comodid ad ni intent s.- m hormo o :~'ri gio iba caball ero on cl avo sagt·aun, mi ntras que nl pobro indio lo llevaba OJ1t1· las gn.rms. (SuETON. in Domitiano. Oap. VJ.)- Asi tambicn otra se llov6 Ja caboza dol gobernaclor do ln. alta Gormania, vcn cido por Domiciano (Su.RTON. in D(}flnit·iano. ap. V J.) y una torcoro. el gorro 6 sombrero (pileus ) d ])iadurnenus, quo pror:osticaba Jn rnue1·te do su padre y su prop in clovacion al tt·ono dolo~> Oes1wcs. (LAllll'JIWIUfl. i 1t 1Jiad1trn. Oap. IV.) ' 517 de l.o criado y que el mesmo se a buscado el mal que sabre el a de vemr Y que ya se le aoaba su mando y soberbia: que goce bien do esto "'poquito que le queda y que tenga paoiencia, pues el mesmo se ha buscado el mal: y dicicndole estas palabras mand6 salir el aguila que lo auia traido y que lo val viese a su 1 ugar. El aguila sali6 y le iorn6 a tomar par los cabellos con las ufias y le truxo al lugar mesmo de don de le auia traido, y en dexandolc dixo: mira hombre baxo y labrador que no temas, sino que con {mimo y corazan hagas lo que el Senor te a mandado, y no se te olvide algo de la~ · palabras que as de decir; y con esto se torn6 cl aguila {i subir por cl airo y desapareci6. El pobre labrador, como quien despertaua de un sueno, se qucd6 espantado y admirado de lo que auia visto; y asf. como estaba con la coa en la mano, vino delante de Monte()uma y pidi6le qucria hablar, y dand,olc entrada, humillado ante el, le dixo: "porleroso Senor: yo soy natural de Coatepec y estanclo en mi sementera Iahrandola, lleg6 un {tguila y me llcv6 {t un lugar donde vide un gran Senor poderoso, ol qual me dixo descansase, y mirando a un lugar claro y alegre to vide sentado junto ami y d{mdome unas rosas y una carra ardiendo que chupase el humo de ella: dcspues q uc cstaua muy encendida me mand6 te biriese en cl muslo y tc hod con aquel fuego .Y no hiciste nengun movimiento ni sentimiento del fuc· go, y diciendo cuan ensensible cstabas y ouan soberbio, y como ya sc tc acababa tu reynaclo y se te aoercaban los trabajos que as de very csperimentar muy en breve, buscados y tornados por tu pro. pia mana y merecidos por tus malas obras, me mand6 volvcr {t mi lugar y que luego te lo vinicse {t decir todo Io que auia visto: y cl aguila tomandomc por los cabellos me volvi6 allugar rle donrlc me auia llevado, y vcngo ate dccir Io que me fuc mandado. Monte()U?na, acordandose que la noche antes auia sonado que un vil hombre le heria con un hurnazo en el muslo, mir6 cl muslo y hal16 en el una sofial yen ella un gran do lot, que no la osaba tocar, 1 y sin mas prcguntar al 1ndio eosa nenguna l1am6 a sus alcai- 1 Las cr6nicas de lo. cdo.d media, y aun muohos libros do siglos posteriot·eR, nos ruin~ stran inDnitos cusos porfoctamento anulogos do visionos torrHicas, qLlC, a[ disiparse, deja ban irupreso su recucn1o con una tot·t·ible t·~alidad, yn co qucmudmas, ya on oa~·dc- |