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Show 466 valerosa y valiente, los quales salieron a los cholultecas, que los 'estauan ya espcrando en cl campo, y travando cscaramu9a los cholultccas empe~aron a pclcar valcrosamente y los mexicanos no menos, ni con monos animo y dcstre<;a, y predicndose y matandosc de una parte y otra, junUl.ndose ambos exercitos vinieron ~L rompimiento, mostrando unos contra otros grandisima rabia y enoJo, la qual batalla tur6 todo el dia, y fuc tan refi.ida, que apartandolos la noche hallaron los mexicanos en u exercito muy gran perdida de gentc de todas tres prouincias porque le faltaron ocho mill y docientos soldados muy valientes y gente rriuy illustre, entre los quales faltauan tres capitanes valcrosisimos, pari ntes muy cercanos del rey Monteguma; y no cm·ando de la matan~a que cllos auian hecho en los cholultccas, que no auia sicl.o monos y de menos claiio, pues estauan los llanos cubicrtos de muertos y otros muchos que tenian en prision, pero sinticndo su dafi.o despacharon luego un mcnsagero a Monte9uma clandole quenta d lo que aquel dia auian hecho y de la mucha pcrdida de u gcnte; y esp ran do otro dia para ver silos cholultecas pcdian mas batalla 6 quisiesen vengar sus gentes, aparejados los mexicanos para vengar la pcrdida suya, los cholultcca enviaron sus mcnsageros al general del excrcito mexicano diciendole, que ya se au ian holgado y regocijudo y pasado tiempo un poco con ellos; que bastaua, que se fuesen con dios. El mexicano, oida esta embaxada, parti6 de alH para Mexico muy tri tes y desconsolados, por la mucha pcrdida de su gente, lo qual no me nos sinti6 Monteguma luego que lo supo; y asi dicen que cmpe<(6 a llorar amargamcnte y a quexarse de los dioscs, diciendo que no sauia en que lo tenia enojados, no considerando que cl pelear con tlaxcaltecas y cbolultecas y vexotzincas era como pelear espanolcs contra espai1olcs, porquc segun sus historias todos cran unos en generacion, que solo diferian en particular parcialidad, y asia las demas naciones mistecas, yapotecas, guastecas, 1 y toclas las que estauan en las costas, las tcnian en Iugar que nosotros tenemos a los moros 6 turcos 6 gentile ' 6 a los judios, y asi este nombre de chichimeca de que esta nacion mexicana se preci6 mucho y se precia, que cs como ac{~ entre nosotros decir, castella- 1 Propiamente, Ouexteca. 467 nos 6 montaiicses godos, no lo tenian ni nunca lo tuvieron las naciones que dixe, sino solo los de Ia redonda del volcan, y entre ellos los tlaxcaltecas, cholultccas y vcxotzincas y tliliubquitepecas, yeste ditado 6 rcnombre fuc suyo ante que vinicsen a poseer esta tierra; y asi las guerras que estos tenian unos entre otros, los tlaxcaltecas y mcxicanos, ya he dicho que fueron solo par exercicio y no par encmistad como adelanto vcrcmos. Ll gados a Mexico lo que auian escapado de la guerra, salieronlos a recebir con las insinias tristcs que solian, sin encensarios,. in embijarse los saccrdotes, sucltos los cabellos, sin ruido de bocinas ni caracol s, in recebimi nto de rosa ni de fiesta, sino todos llorando y con mucha tri tc9a. A ]a entrada de la ciudad salieron todas las mugeres de los mucrtos y de los que venian destrogados Y heridos, dando grande alaridos, los caballos sucltos y dando grand s palmadas. Monte9U?na estaua ala puerta del templo con una manta de plumas de aguila puesta y junto a cl I prfncipe Ciuacoatl con otra manta de lo mesmo, con scndas espadas en Ia mano sabre las quales estauan recostados con cl ro tro muy sereno, por entre lo quales pasaron todo los que venian de la guerra, sin saludalles, y llcgaron al templo y hicieron las ccrimonia acostumbradas de dar gracias y comer tierra delante del ydolo: de alii vinieron a las casas realcs, dondc allaron ya {t Monteguma en su asiento y Iugar, y aUf le besaron todos las manos y le di01·on quenta de toilo lo que n la batalla 1es auia sucedido, y el re pondi6 que aquel era u oficio y qu.e no por cso sc auia de dcxar el exerci9io de la guerra, y que a eso iban allf, a morir 6 a veneer, y que el que cste ilia concedi6 victoria a sus enemigos, que otro dia se la concederia a ellos; que no tuvicseu de aquello pena y que de la muerte de sus hermano , aunque le pesaua por perder hombres tan va- 1erosos, pero que en morir en hom·a y defensa de la patria iban mati<;ados y esmaltado con el matiz y esmalte de su alta sangre y valor, adornados de piedras pr.eciosas y de preciosos plumajes de sus grandec;as y hechos valerosos, y que aquel era el :fin que ely todos auian cle desear, pues no murieron como mugeres tras los tizones y fogone -::, sino con la espada en la mano, matizando con el rosicler de su sangre y de la agena, las yerbas del campo y los ra- |