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Show 134 vuestro eonsuelo; por tanto, no hay a negligencia sino que todos pongan sus hom bros {L que se ncaue muy en br uc. Luego r poncli ron to do : senores nucstros mexicanos; {L ti en particular, senor y rcy de toda la tierra, a cuyo mandata toda ella e Ut ubjcta; dado caso que cstei en e te Iugar del tule, que son la e padana y earri ale::~, j uncia don de esta vue tra ciudad edifica< la, no tengai pena ni os inquictc eso; mira por vue Lra alud y vida y con ervulla, que lo qu nos mandai ya lo homos oydo, lo qual con toda Ia fnciliilacl po ibl c hartt, pucs llOS obligamos a cso y {t todo lo d rna· qu no qu1s1crcdc mandar: hagase lueg para nuc tro cfior, d baxo de cuya sombra y amparo vivimo y nos amparamo :pore o min't.lo quos mcncstcr, que lu go se tracdt. Ellos todos, cl r y en particular, volui ron y rind icron las gracia {t t - do y agradccieron la voluntad yam r que mostrauan para lu obra del tcmplo, tL lo qual eli.. ron tru .. e en piedra pc ada para cl cimiento y pi dra liuiana para cl cdi6cio, cal y madera. ~ llos dixeron lcs placia, y con csto c de pidieron del rey y de los dema senores y se fu ·ron caua uno {t su ciuclad, dondc lucgo apcrciuieron todas su gentes para que se ap rciuiesen de materiales para el eJificio, lo qual sc empc<(6 {t hacer con mucha diligencia. El rcy Monteguma mand6llamar {t 17acaelel y lo clixo: ya los sei1ores de todas las prouincias an hecho lo que les emos mandado y obcdccido con mucho contento, y vemos que se apercibcn y em piczan a traer sus materiale para nucstra obra: querria, site parcce, inviar a la prouincia de Chalco algunos men ajcros al senor de Chalco Quateotl y a u compancro Toteocitecut'li, no manclandoles ino suplicandoles con omildad, que por quanto queremos edificar para nuestro dios VitzilopocMli una auitacion y morada muy untuosa y galana y carecemos de piedras gmnd s para algunos e - culturas y figuras que queremos hacer para hermosealle, que no · ayuden con algunas piedras, las mayores quo pudieren auct· y traer. Ttacaelel dixo que le parecia muy acertado y que poco ibn en ello; que si lo qui iesen hacer que se lo agradccerian, y sin6 que no au ria ningun inconvinicnte; y asi le mand6 el rey quel de su mano c cogiese los mensajeros y les mandase lo que auian cle hacer. Tlacaelel mand6 llamar quatro de los mas principales y lcs mand6 que 135 fuesen a Chalco de parte del rey y suya, y los saludasen, asia los sef'iorcs como a los demas principales, y que con mucha omildad les propu iesen la obra que entre manos tenian y la necesidad que de algunas piedras grandes tenian; que Ie suplicauan que d aquellos cerro 1 s diesen algunas para lo que dicho es. Los quatro efiorcs dixcron que l s placia, y luego se aperciuieron para ir, lo quales, pnrtidos de Mexico, llcgaron a Chalco y venido ante el efi.or Quateotl y Toteocitecutli, le dixcron: sefiores: vuestros siervo el rey de Mexico y u prep6sito Ttacaelel, con todos los dcmas SCfiore , OS cnvian a aludar y a e for~ar en e tc vuestro eflorio, y dicen, que o. csforceis, y lo qu os uplican cs que omlldementc os su plican que nos socorrais con alguna piedra grande p sarla y con alguna piedra liuiana, pue la ten is sobrada en esto cerro , para el edificio del templo de nuestra ciudad, que para nuestro dio · emos determinado de hacer. Los sefiores de Chalco, atentos ala demanda y men aje, mostraron enojo y pesadumbre, y con palabra airada y obcrbias rc ·pondicron: Lque pedis, mexicanos1lsabeis lo que os dccf 1 dado caso que nosotro quixcsemos daros lo que pedis, i quicn har{t fucr<; a a los mucegualcs que lo hagan 7 i clo de hacer yo ni los dcma. sefiores 1 esperaos y daremos quenta a todos para auer la respuesta que dan, y sin6 idos, que esto nose a de hacer tan sin acuerdo, que no edt men ester tiempo para determinallo y voluecl quando o parccicrc, que aquf OS daremos la rc puesta. Ellos voluicron aM <xico y clixeron al r y y {t, Tlacaelella respue ta desabrida que los chalca auian dado, y c6mo les mandauan voluiesen por la rcsolucion d.cl negocio. El rey les respondi6 que estaua bien, que de cansasen y tomasen alivio del trauajo que auian tornado; y voluiendose el r Y a Tlacaelel, tomandole por la mano, lo dixo a solas: pareceme que sera bueno, sefior Tlacaelel, que no vuelvan rna alUt nuestros mensajeros, ino que los dexemo ; porquc si acaso nos dan alguna mala respucsta, serno a 1 for<(ado tener contienda y leuuntar guerra, Y estoruarnos a 2 mucho para nuestro intento y prop6sito. A esto rcspondi6 Tlacaetel con denuedo airado, y dixo: oh rey podcroso: 1 Nos vcrcmos for1.ados {~toner, cto. 2 .os CAtorhll.dl. |