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Show 258 tiendas ni revucltas con los mexicanos, porque hasta entonces no les auian hecho mal; que quando les enjuriasen ellos voluerian p9r sus personas; la qual respuesta die ron a su seflor, especialmente le sinifi.caron auer mostrado los senores de aquellas ciudades temor de ruido hechi<;o, 1 diciendo c6mo auer sido posible unos mexicano con otros auer quistion y contienda, siendo todos unos. Un preneipal de los presentcs, que se llamaua Teconal, dixo a su nuevo rey, ian os 2 de asombrar las flechas y dardos de los tenucheas? ino somos hombres para podernos defender de ellos 1 Ensefiense los mancebos y imp6nganse 3 lo tlatelulcas, que tan poderoso es nuestro hra~o como el ·suyo; y i lo vencieremos, ya que del todo no 1 s destruyamos, al menos quedara en nuestra parcialidad elseilorfo y mando. Y con este aeuerdo mandaron recoger todos los mancebos y imponellos en los exercieios de ]a guerra, como adelante diremo . CAPiTULO XXXIII. 4 Do lo. bmvo. bn.Lalln quo uvo onLr los moxicanos dol Tlat.elulco y los do Tonochtitlan. Despues que el nuevo rey de la parcialidad de los mexicanos del Tlatelulco oy6 la respuesta que los guajoc;ingas y tlaxcaltecas y todos los de la parte de la Sierra Nevada le auian dado, de que no lc querian dar fauor en la gu rra que pretendia hacer a sus mesmos hermanos, antes reprendiendoles l mal prop6sito y consejo que tomaua, por no perder tiempo y oportimidad en los negocios arduos que pretendia, no desfalleciendo su cora<;on, ni mostrando dars.ele. nad~, propuso de lleuar adelante su indinacion, lo qual estos md10 twnen de coliltumbre por ser gente interesal y vengativa; y as( tom6 consejo con sus principales, diciendoles: bien auis 1 Es docir, de qne Ia desavcnencin. entre mcxicnno. y tlaltcl leas fucm fingida 0 ·• muladn. ' Sl 2 anos han do, etc. 3 Instruynnso, 6 (ljol'citonse. 4 V6aso la lamina 10~, pML. J '·' " 259 visto la respuesta de los de la otra parte de la Sierra Nevada, Y c6mo no nos quieren prestar su favor; tque es lo que os parece que hagamos 1 i que acuerdo deuemos to mar para esta gue:ra, la q~al querria concluir con toda diligencia 1 Entonces respond16 un p:mcipal con mucha osad1a y altivez, el qual se llamaua Teconal, Y d1xo: Senor poderoso, i a nos de asombrar los mcxicanos 1 i no somos hombres como ellos 1 por tanto, magnanimo senor, manda que se exerciten tus vasallos los de Tlatelulco, pues saues que las a~ailas que los mexicanos atribuyen a Sl, son praticadas de nuestras fuerc;as y animo. Moquiuixtli, viendo el buen consejo y que no era tiempode dormir en semejante oportunidad, viendo a todos los principales de su parte y prop6sito, mand6 luego en aquella ora que junJ tasen todos los mancebos de veinte afios para arriba, los quales recogidos los mand6 encerrar en el patio de sus aposentos Reales y dfxoles de esta manera: mexicanos valerosos de la parcialidad tlatelulca: estad atentos a mis palabras: aq uf ois venidos solo para encomendaros que os exerciteis en las cosas de la guerra, hacienda algunas pruebas que a semejante exercicio conviene, y la primera es que se haga una estatua de piedra y que en lla os enseiieis a tirar la honda, y cl que mejor tiro hicierc, a ese se le da la honro. y gloria y primado entre todos vosotros, al qual exercicio me quiero hallar presente para darla corona al que la merecierc. Respondieron todos le besaban las manos, y que aquel era su deseo exercitarse en las cosas de la guerra, y sin ningun detenimiento truxeron una estatua de piedra a la hechura y altura de un hombre, con una espada y rod la en la mano, amenayando querer herir con ella, la qual pusieron a un canto de la plac;a, contra la qual salieron gt·an mu1titud de manc;ebos, que pasauan. de dos mill, deseosos de ganar el premio que su nuevo rey les prometia, los quales todos eran hijos y parientes muy cercanos de sei'lores, todos con u hondas y piedras rolli~as en las mano , y unos a porfia de otros empezaron a combatir la estatua, sobre la qual cayeron tantas piedras que a poco Tato estaua toda deshecha a pedradas. El rey, viendo la buena mafia que su gente se auia dado en ·deshacer la estatuaj con rostro alegre, mostrando mucho contento, di6 a tbdos las gracias de lo bien que lo auia ·hecho, de lo qual todos me- , |