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Show 166 fuer<(O ni denuedo era bastante a los destruir, porque demas de ser ya gente sin numero y valerosa, tanto que temblaua ya toda la tierra; dello 1 tan exercitados en guerra, que los muchachos de muy poca edad e preciauan de ir {t ella y presumian de traer presos y cativos {t sus contrarios, y de prop6sito se xercitauan en trauajos de sufrir hambre, sed, desnudez y dormir por los uelos, e echarse a cuestas cargas muy pesadas para podello llevar quando la necesidad lcs eompeliese, lleg{mdose a los capitanes enalados para deprender dcllos los modos y artes militares; no tratandose ya en Mexico d otra cosa ino de c6mo e auian rlc auer en las guerras. Tambien era ya enga:no querer contender con ellos por tener las mas principales prouincias a su mandado y en su favor, pue a su voz salian dellas diez y doce mill hombr s d guerra, todos muy bien adere<(ado , y si pedian veinte mill se los dauan, y si quarenta millo mesmo, conforme a lo que en sus contrarios sentian de valor y gente; y fueron tan poderosos, que <;ien mil hombres que quix sen poner en campo, los poniun con mucha facilidad con solo mandallo. Oyda e ta nueva de la reb eli on de los guastecos y muet·te de todos lo mercaderes y pasajeros y que los au ian d spenado de unas grande barranca , las quale 11 u vas truxeron los de Tulancingo, Jl[ontegwna sc lo agradeci6 y los mand6 descansar y dar lo necesario. Lucgo el R y mand6llamar a TtacrteLeL que inviase sus men-aj ros a las prouincias de Tezcuco, 'racuba, Chalco, Xuchimilco Y a todos los pueblo comarcanos, que pues la ynjuria auia sido comun, que la gu rra fucse comun a todos, y que luego apercibiesen sus gente y provciesen de bastimentos para ella muy cumplidamente, con todo lo necesario de armas, tiendas y pertrechos de guerra qu viesen era menester para su defen a. Tlacaelel despach6 luego {t todas la prouincias con toda diligencia a auisat• de la determinacion del rey, lo qual oydo par los reye de Tacuba y Tezcuco Y par los c:ilores de Chalco y Xuchimilco, Cuyuacan y Cuitlauac, Culhuacan y Mezquique, dieron su respuesta, que Ies placia, los quales co~ toda voluntad lo mandaron y hicieron aperceuir las gentes Y bast1mentos, armas y tiendas con el cuidado que se les auia 1 Es deoir-"y olios estaban tan ~joroitado , etc." J 167 eneomendado. Oydo por Tlacaelella diligencia que las ciudades y prouincias ponian en aperceuir y en hacer lo que estauan obligados, mand6 a todos los capitanes que e aperciuiesen y que saliesen luego de la ciudad, los quales empe<(aron {t salir con u companias y e cuadrones para la Guasteca. Luego que la gente empe<;6 a salir, lo vi jos superticiosos y amigos Clc inventar mil cirimonias, auian cnsenado a las mugeres de los que iban ala guerra {t hacer algunas superticion s, las quales hacian y turauan todo el tiempo que turaba la guerra, 6 ha ta que su maridos voluian della; y eran e tas primeramcnte, en scfial de triste<;a y luto, nunca desde aquel dia se labauan las caras y andauan con las caras muy sucias: lo segundo que hacian ra leuantarse a media nochc y hacer lumbre, y en ardicndo que ardia la lena, salia a la calle y barria u pertcnencia aq uella hora: en acauando de barrcr yba y banauase cl cuerpo sin llegar cl agua {~, la earn ni {~, la cauc<(a: en auicndosc banado, sentauas {t moler y hacia unas tortillas peq uenitas esq uinadas y otra como bollitos larguillos: luego molia un poco de mayz tostado y chaualo en una xfcara onda y entr{tuase en un aposento, don de ellos ten ian su ydolos, que eran unas camarillas como usan agora para tener las ymagenes, que no seruian de otra cosa, como agora no sirve de mas. Estando en aquclla camara sacauan los huesos de los presos que su mm·ido auia catiuado en la guerra, y envoluianlos en unos papeles y colgaualos de las bigas, y lucgo tomaua un bracero y cchaua lumbre en el y ponia incienso en la lumbre y ponia el bracero debaxo de los <;ancarrones y delante todos los demas ydolillos que tenian, que eran ynumerables, y saumauanlos, y mientra se quemaua el en<;ienso hacian esta oracion: Senor de todo lo criado, del cielo y de la tierra, del ayre y del ol, del agua, de la noche y del dia, aucd piedad de vuestro siervo y de vue tra criatura, que vapor esos montes y valles, llanos y quebradas, que os va ofreciendo su sudor y resuello; vuestra aguila y tigre que sin descan o ni reposo trauaja en esta miserable vida en vuestro servicio. Ruegos, Senor, y suplicos que le presteys la vida por algun tiempo para que go<(e deste mundo. Oyem.e, Senor: Hecha esta oracion, tornauanse {t acostar, y en amaneciendo, antes que fuese bien de dia, tor- |