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Show 74 res que te responda? que aunque yo soy Rey,los de mi reyno quieren y es su voluntad daros guerra: i que les puedo yo hacer 1 porque si mue tro voluntad de estorballa, pongo mi vida {t rie go y ln. de todos mis hijos: estan enojados y furiosos contra vosotros y pi den que eays dcstruydo . Respondi6 Tlacaelel: puc , senor, tu siervo el Rey de Mexico te in via {t esfor9ar y que ten gas {tnimo y esfuer< io y que te aparejes y apercibas, porque desde a ora te desafia a ti y a tu gente y se da por vuestro mortal enemigo, y que 6 el 6 su gentc a de quedar muertos en el campo y por pcrpetuos esclavos, 6 vosotro ; que despue to pc an't de aucr empc<(ado cosa con que no ha de salir. Tambicn me mand6 te unta .. e y ungic e con esta uncion de muertos para que te aparejcs para morir, y te da estas arma y c tas rodclas y flechas con esta rodela, y me mand6 que yo por mi mano to ungiesc y to armase y adere<(ase. El rey se permiti6 ungir y armar de mano DE Tlacaelel: despues de vestido y adere~ado, le dixo diesc de su parte al Rey Itzcoatl las gracia ' y mand6 a los de u palacio hiciesen un portillo por detras de u ca a por don de Tlacrtelel saliese, diciendole: hijo Tlacaelel, no alga por la puerta de la calle, porque te hago sauer que te esUtn c perando para matartc: yo e man dado haccr un portillo por las espaldas de mi casa, por dondc puedes salir seguro y irtc a tu ciuclad; pero porque no vayas sin hacerte mercedes, por el ami tad que has mo trado y seilales de valeroso, toma estas armas Y esta rodela y e pada con que te defiendas de los que te quiesieren hacer mal; y vi ti6lo de todo aquello y imbi6lo el rey: di6 las gracias y sali6 por dett·as de Ia casa, y escondicndo e por sendas secrctas y no usadas, vino basta dexar las guardas atras. Y a que se vido en terminos de Mexico, mostr6se ::1. los cintinelas Y dfxolcs: ah tepaneca , ah escaput9alcas, y que mal haceis vuestro oftcio de guardar la ciudad; pues aparcxaos, que no a de auer escaputzalco en el mundo, porque peda9o de piedra obrc piedra. no :de quedar en. el, ni hombre ni muger, que todos {t fuego y {1, sano:e no perezcms: pore o apor~ebios que de parte del rey de MexiCO, ltzcoat;, y de lo de la ciudad, OS desafio a todos. Ellos, ~yendo lo que Tlacaelelles decia, cspantados po1• d6nde uviese sahdo, arremetieron {t el para querelle matar; mas el haciendoles ros- 75 tro a' todos, antes que se le desenvoluiesen mat6 algunos dellos, y viendo que se juntaba gente, se fue retirando dellos con animo valeroso basta la entrada de su ciudad, clonde le dexaron y 1·evolvieron a hacer su guarda. Sauido ya por los de Mexico c6mo ya la guerra estaua publicada y que no so podia dexar de hacer y efetuar, la gente comun, temerosa, empec;6 ~l, temer y haccr lastimas y a pcclir a los senores y al rey los dexase salir do la ciudad. Los senores consolandolos, y el rey en persona les dijo: no temais, l1ijos mios, que aqui os pondrcmo en libertad in que os haga mal ninguno. Ello replicaron, i y si no saliercde con ello, que era de nosotros 1 sino salieremos con nuestro yntento no ponclremos en vuestras manos, dixeron ellos, para que nuestras carne sea mantcnimiento vue tro, y alli os vengeis de nosotros y no comais en ticsto quebradas y Eolucios, para que en todo nosotros y nuestra carnes s an infamementc tratadas. Ellos r pondicron, puc" mini que a i lo cmo de hacer y cumplir, pu s vo otro mi mos o dais la cntencia; y a i no otros no obligamos, i salis con vuestro intcnto, de os eruir y tributar y cr vucstros terrasgcros y de edificar vue tra casa y d o ruir como {t verdadcro s fi re nu stro , y de o dar nu stras hijas y hermanas y sohrinas para qu os siruai dellas, y quando fuerecl a }a guerra de OS lleuar vue tra cargas y bastimentos y arma a cucstas, y de os seruir por todos los caminos por donde fuer de ; y finalmcnt , v ndemos y subjctamos nu stras personas y bi ncs n vuestro eruicio para sicmpre. Lo principales y senores vi ndo {t lo que la g ntc comun se ofr cia y obligaua, admitieron cl conci rto, y tomandol s juramento de quo a flo cumplirian, olios lo jutaron. Entonces ,Tlacaelel cont6 a todos los senores lo que en Azcaputzalco le auia pasado, y dixo al r y c6mo ya no auia que esperar, porque cl roy lc auia dado r olucion y mandado no voluiescmqs alia, sino QUE quisiesen lo que a su salud convenia, y que esto era lo ultimo que n su par ccr auia. Visto por el roy, mand6 a Tlacaelel el que luego mandase npercibir gente y ponerla en 6rden, lo qual fue hecho con toda dilixcncia posible. Puestos en 6rdcn dieron las cnpitanias de la gen~c a todos los hijos de los Reyes pasados, asi hermanos como sobrmos |