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Show 362. postre lc consuelan y lc saludan eon lUgrimas, y le vedan I a soberbia y altivcz, y que no . se atribuya a si lo que gan6, sino a Ia misericordia de Dios, que le di6 Ia. hacienda que trajo, que son plnmas ricas, piedras preciosas, y todas las demas cosas (lllC habia traido. Con cstas palabras los mercadcres viejos, provocaban a l:igrimas y humildad a cstos tratantes que venian pr6spcros, para que no rnenospreciasen las mercedes de Dios; y aqucl que ola cstas palabras duras no sc cnojaba de olrlas, mas antes se humi\ laba y agradecia aquella buena obra, y respondia con liigrimas: ,,Sefwrcs mios, tengo en gran merced Ia misericordia que sc me ha hecho con esta. correccion: hcos dado pena y congojn, ~quie n soy yo para que se me hayan abicrto los tesoros de \'ucstras cntrailas? ~por ventura como soy pobre olvidarC y pcrdere estas palabras mas divi nas que humanas? quizU no las tendrC en aquclla cstimaclon tlue debiera y elias merccen? descanzad y rcposad. Estas palabras de los viejos y viejas, cran tenidas en mucho de los mancebos ii quiencs sc decian, guardUbanlas como tesoro en su corazon sin pcrdcr ninguna do e1 Jas, y los viejos y vicjas, decianlas a aquellos mercadcres mozos, que traian ganado de su trato algun caudal, y holgaban de olrlas, y para esto los convidaban y dccian a los de su casa: ,,Seilores 6 sclioras: nuestro seiior me ha dado de sus bicnes, (juizil por esta ocasion me he ensoberbecido y he mcnosprec iado 3.. mis pr6jimos: quicro olr Ins bucnas doctrinas y conscjos de los viejos, Jl ri mense y vengan: )) de esta mancra hablaban los rnozos bien criados y bien doctrinados, y para que los viejos dicsen estos conscjos y doctrina como arriba se dijo, convidllbanlos como esta dicho, y con esto el oficio ·de los mcrcaderes era muy honrado y ningu~ no de ellos era vjcioso: tcni;:m y guardaban en mu· cho las doctrioas y conaejos de los viejos. Y "b .. 3fi3 a ~rn a sc diJO de Ia m:mcra que volvian de los la rgos .cami.nos de sus tratos, y por los que transitaban, no ve~1an sm ha cer muchas oif~ndas y sacri ficios, donde qmera que hallaban oratonos de los IUolos, hasta llegar a.t pueblo~ de Ytziucan, alii paraban, y mira~~ n cl~ stgno pn~.spcr~ para <:ntrar en su ti erra, y lle~:~ad_o este que e1. a prospero, o cere a de Cl, partian ~e pn~a para ven1r a sus c.asas, y entrar durante el s1gn.o. ~n!raban en ella: de nochc y secretamente, y nad1c vc1.a lo que traw.n porque lo cubrian mucho tam poco 1ban dcrcchos :i sus casas, sino cntrabausc de~ rcchos en Ia de algun tio 0 tia, de su hermann 6 de algun otro de quicr~ se confiaban que tcndria sccre~ to, por que era hmmldc, call ado y cucrdo, y que no to ... ma~a lo ageno. Alii en aquc!la casa los barqucros: poman de presto lo que trafan, y se volvian de no~ che a sus casas, de modo que en amaneciendo no habi:t rast.ro ni sei'ial de nada, ¥ el n~e rcadcr ducfio de aqucll a. hacienda, no confcsaba Ill dccta que aquclla fuesc suya· mas antes por cl contra rio decia a los de Ia casa, csta car: g~ g uardadla q~uc noes mia, no pcnseis que como pro~ p1a o::; Ia doy a guardar, que es de los seiiores rne r ca~ dcres principales, ellos me lo encomcndaron que lo tragesc aqui: y por los pueblos por dondc J>araban en todo cl camino, ora fucse en Toctcpec 6 en .!lna· oac, 6 Xocon~chco, y en todos los puclllos que entraban, n? dcc~an (JUC aquella hacienda fuese suya, an~ es decmu. ,Esta hacienda, que traigo no me pcrtenece es de_ nuestros padres y madres, que son los mercadcrcs: m menos se 1evantaban a mayorcs con sus haciendas, antes sc abajaban y hurnillaban: no dcscaw b.an ~er tenidos por ricos, ni que su fama fuese tal; SIIIO que andaban humildes e inclinados: 110 deseaban honra ni fama, andabanse por ai con una manta rota, pues temiar~ . much.o a la fama, y a Ia honra por que como se dlJO arn ba, el sciior de Mexico queria mucho a los Mercadercs, y tratante.s. que comer· T6m. Jl. 47 · |