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Show 258 CAPITULO VJII. Del temor fJflC tenian a za· hambre cuando andaba Ia \ tueula de los aiios en cetochtli, y de Ia provision que h.ac ·ian en el aflo antes. Antes que Jlegaba cetochtfi, a quien ternian lllUcho por Ia hambrc, todos procuraban de juntar, y esconder en su casas muchos mantcnimicntos, y todos los generos de semi lias que sc podrian comer, aunque eran comidas muy bajas, cualcs son las que sc dicen en cste capitulo: polucatl, cs una semilla do unas ycrbas que no se comen, sino par grande nccesidad. Este popoiatl, es maiz ancblado: xolotzontli, son los Cilbellos que las mazorcas ticncn coJaados cuando estiin en Ia cafia, (a) miaoatl, sen aq~ellos ponachos que tiencn las cafias del malz cuando ya cstan grandes las mazorcas. Este me/:olli, (que. Haman comunmentc mezotc,] son las raiduras, 6 raspas del maguCy cuando 1e abren para que mane: nochxu- . cht"tl cs la flor de Ia tuna: me.rcalli, son las pencas del maguey cocidas: necutlatotonilli, es Ia miel rcciente que sale del magucy, calentada al fi.Ie!jO: oauhtlipolocaio, es Ia scmilla de los cenizos sin hmpiar con todas sus inmundicias. Los fr isoles los guard a ban con todas las ramus, hojas y vainas, porqu~ todo se aprol'cchaba en tiempo de hambre: y cuando acontccia la dicha hambrc, ent6nccs se vendian por csclavos muchos. pobrcs hom?rcs y mugeres, . Y. comprabanlos los ncos que teman mucltas pronsiOncs allegadas, y no solamcnte los dichos pobrcs so vendian asi mismos, si~o que tambicn vendian a sus hijos, y a sus desccndlentes, y a todo sn linajc, y asi eran e~cl avos perpotuamcnte, porque dccian que csta servidumbre que se cobraba en tal ticmpo, no tenia re-sir~~ n rcorve1l~~~J~.BC comunica e} agua li cado. g raLLO de mnh:, y 259 mctho para acabarse en algun tiempn, porque sus padres se h_abi an vend_tdo por cscapar de Ia muerte, . 6 por librar su \'tda de Ia Ultima ncccsidad, y dcctan que por su culpa los acontccia tal dcsast.rc· porque. olios sa~ i e ndo que venia Ia dicha h ambre~ s? haLHa~ d cs~ llldado, y no !mbian cll!·ado de rcme: d~o, y ast decw.n despues, quo los tales esclavos habJan cobrado la dicha scrvidumbrc en el afio Je celocfttli, y los dcsccndientcs que Ia han heredado de sus antepasados, Ia cual sc decia servidumb: e pcrpetua. Pasado cl ailo de cetoc/t.tli, luego \'O IVJa Ia cucnta de los aiios al wneacatl, que era de la parte de tlapeopa, c1uc cs dondc nace cl aoL CAPITULO IX. De Ia gavilla 6 atadu·ra de los ailos, que era despues que tada ww de los cnatro carar/Crcs, ha!Jia 1·e~rido crula uno lrece alto.~ que son do~c, y de lo que en est~ aiiD fie c-in-cucnta y dos hacian. Acabada Ia d1cha rucda de los aiios al prm~ cipio del nuevo que se deem umeacatl solt~n hacer los de 1\:ICxico y de toda Ia comarca', una fiesta 6 c01 r ~moma grande que llamaban toximmofpilia, y cs c~s1 atad.ura de los ai'ios, y esta cercmonia se haem de cmcucnta en cincuenta y dos; cs :i saber, despucs que cuda una de las cuatro sei'iales habia rcg.ido tre.c.o veces ~ los ai'i?s: dcciase aqucll~ fi esta /oxunmolpdta que qUJerc dcclr, atanse nuestros nlios Y. porq.ue era principia de otros doce. Dccian tam~ b1en xwhtzit:zguilo que quiere dccir: sc toma el afto nuevo, y en sefial de esto, cada uno tocaba a las yerbas, para dar a cntend.er que ya se comenzaUa Ia c~enta de otros doce aiios, para que se cumplan CJento cuatro que hacen un siglo. Asi entOnccs sa· cuban tambien nueva lumbre, y cuando ya se acer· 1'6m. IL 34 |