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Show 262 dormir, que se habian de volver rn.tones; de mane~ ra que todas las gentes no cntendian en otra cosa, sino en mirar :icia aquella parte por donde se miraba Ia lumbre, y con gran cuidado estnban esperando Ia hora y momenta en que habia de parecer y sc viese el fuego. Cuando cstaba sacada Ia lumbrc, hiego sc hacia una hogucra muy grande pura que sc pudiesc ver desdc lejos, y todos vista aquclla luz, lucgo cortaban sus orejas con nabajas, y tomaban de Ia sangre que ·saHa, y csparcianla tl.cia aquella parte de donde aparccia Ia lumbre, y todos cran obligados a haccrlo, hasta los niiios que cstaban en lai · cun~s; pues tam bien les cortaban las orcjas, porque d? c1~n que ~e aq~clla ~1~nera todos hacian penitencm o merecmn. Los mmrstros de los ldolos abrian cl pecho y las cntmiias del cautivo con un pedernal agudo como un cuchillo, scgun estii dicho arriba, y en otras muchas partes. CAPITULO XI. De lo que sc hucia despues de haher sacado cl Jueg() nuevo. .. Hccha aqu~lla hoguera grande, segun dicho es, _lucgo los nnmstros de los ldolos que habian \'Cmdo de MCxico y de otros pueblos, tornaban de aqu_clla lumbrc, porque a lii estaban espcrfl.ndola, y envmban por ella los que eran muy ligeros, y corredores grandes, y llevabanla en unas teas de pino hc_chas a manera de hachas: corrian todos a gran ftnsa, y a portia? para que muy presto se llevase Ia umbre a cuai<Jmer pueblo. Los de MCxico en trayendo aquella lumbre, con dichas teas de pino lueao 1~ llevabm~ al templo del fdolo de Vitzilopuctli, y p~omanla en un candelero hecho de cal y canto, . colocado delante del fdolo, y ponian en el mucho in- 263 cienso de copal. De alii tomaban, y llevnban al apos ento de los saccrdotes de los fdolos, y de alii a todoS los vecinos de Ia ciuda d, y era cosa do vcr aquella multitud de gente <plc venia por Ia lumbre, y asl hacian hogucras grandcs, y rnuchas e~. cada barrio, y tambien hacian muy grandes rcgoCIJOS. Lo mismo cjccuta ball los saccrdotes do otros pueblos, pontue Jlcvaban Ia dicha Jumbre muy a prisa y a porfia, porquc el que mas podia corrcr que otros, tomaba la tea de pino, y asl muy presto, casi en un momeuto llegaban a sus pueblos, y luego venian a tomar todos esto! de ella, y e_ra cosa de ver la muchedumhro de los fuegos en todos los pueblos, que parecia ser de dia, y primero sc hacian lumbres en las casas donde moraban los dichos ministros de los fdolos. CAPITULO XII. D e como toda la genic, clespues de haber tornado fuego nuevo, rcnovaban todos sus vestidos y alhajas donde sc p one Ia jigura de Ia cuenta de lo1 alws.' [a] De la dicha manera, hecha ]a lumbre nueva, Iuego los vccinos de cada pueblo en cada casa renovaban sus a lhajas, y Jos hom~rcs y mugeros se -vestian de vestidos nuevas, y ponmn en cl suclo nuevas petatcs; de mancru. que todas las casas que eran mcnestcr en casu, eran nuevas, en selial de) aiio nuevo que comenzaba, por lo ~u~l todos so ~leg~~ban y hacian grandes fiestas, dJCtendo <(UC ya hab1a pasado Ia pestilencia y hambre, y echaban en el fuego mucho incicnso, y cortaban cabezas _de ~od_ormces, y con las cucharas de barro ofrecmn mc1enso (a) Estti colocada. en cl t6m. J? p'-g. ~45, Jlfl_rquc c_n ella eomcnz6 cl autor Ia csplicacion de csta tigura, y CJUISe :satJifaeer Ia impacicnte curio~idad de mis lcctorcs. |