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Show OVERVIEW Two primary factors have attracted people to Utah: jobs and religión. As our economy expanded, we sought laborers first in New México, later from México, and most recently from Central and South America. Our mines, railroads, fruit orchards, and sheep herds have depended on foreign laborers. For example, our sheep industry for years found workers in the mountains and valleys of northern Spain, where a proud and hard-working people spoke Basque. Instead of becoming part of a Hispanic community per se, as Basques have done throughout Latin America, here Basques formed their own ethnic group. Later when it became difficult to obtain workers in Spain for the arduous and lonely work of sheepherding, the Basques and other sheep owners turned to México and South America. As a result, Utah and indeed the entire Great Basin has a large and unique Peruvian population. Mostly its mem-bers come from a few communities in Peru's Mantaro valley, where people still speak Quechua and remember their Incan roots, while the rest of the U.S. attracted Mestizo Peruvians from its coastal cities. Over the last thirty years, Utah's Mormon Church has grown rapidly in Latin America, becoming in many nations the second largest single denomination after the Catholic Church. As a result numerous Latin converts have "gathered to Zion," as the English, Danés, Swiss, and Dutch did before them. Once these people are established in Utah, many lea ve Mormonism, but they have built a strong community which continúes, just as in the case of those who carne for work and stayed, to attract their newly arriving Mormon and non-Mormon family and friends. Latin culture, in all it's diverse varieties, is here to stay. Although Utah's Hispanic population, as a percentage of the state's total, is smaller than many in the nation, it is growing rapidly in numbers and importance. Our Latino neighbors do not form a single ethnic group. Instead they are racially, culturally, and socially diverse. They enhance Utah's quality of life. Most of us have already developed a taste for Mexican food. Let us now try other Latin cuisines, experience new arts, and dance to salsa, merengue, cumbia, ranchera, and huayno as we celébrate and support this important community and take our unified and beautiful state into it's next century. America and América together in Utah. Dos elementos primordiales han atraído a la gente a Utah: trabajo y religión. A medida que la economía se expandió, se buscaron trabajadores primero en Nuevo México, luego en México y más reciente aún en Centro y Suramérica. Nuestras minas, ferrocarriles, huertos, rebaños de ovejas, hoteles, restaurantes y asilos de ancianos han dependido grandemente de los trabajadores extranjeros. Por ejemplo; la industria ovejera encontró por muchos años trabajadores en las montañas y en los valles del norte de España donde vive una gente orgullosa y trabajadora, los Vascos. En vez de mezclarse con la comunidad hispana, los vascos aquí crearon un grupo étnico propio. Luego, cuando se les hizo difícil conseguir gente en España para el arduo y solitario trabajo de pastor de ovejas, los vascos de aquí y los dueños de ovejas miraron hacia México y Suramérica para solucionar sus problemas. Como resultado, Utah tiene una población peruana grande y única; generalmente viene del valle del Mantaro en Perú donde la gente todavía habla quechua y conserva sus raíces incaicas, mientras que otras regiones de Estados Unidos atrajeron a los mestizos de la costa peruana. En los últimos treinta años la iglesia mormona, con su sede en Utah, ha crecido muy rápido en Latinoamérica llegando a ser la segunda religión en número de feligreses en muchos países, después de la iglesia católica. Por eso, muchos latinos conversos se han "juntado en Sión" como lo hicieron antes los ingleses, los daneses, los suizos y los holandeses. Ya establecidos en Utah, estas personas a veces abandonan el mormonismo, sin embargo han establecido una comunidad que sigue atrayendo a familiares y amigos mormones y no-mormones, como sucedió con los primeros que vinieron a trabajar y se quedaron. La cultura latina en todas sus variedades llegó para quedarse. Aunque la población hispana de Utah, comparada con el porcentaje total del estado, es menor que en otras partes del país, crece a pasos agigantados en números e importancia. Nuestros vecinos latinos no forman un sólo grupo étnico; al contrario, son diferentes en razas, cultura y sociedad. Ellos mejoran la calidad de la vida de Utah. Muchos de nosotros ya hemos desarrollado un cierto gusto por la comida mexicana, ahora probemos otras artes culinarias latinas, experimentemos nuevas artes y bailemos al compás de una salsa, un merengue, una cumbia, una ranchera o de un huayno mientras celebramos y apoyamos este grupo tan importante y llevamos hacia el venidero siglo a nuestro unido y hermoso estado. America, América: juntos en Utah. |