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Show KNOWLTON In fact, the United States is now the fourth largest Spanish-speaking country on earth. Our native Hispanos have seen their culture bolstered by a flood of immigration from México, Puerto Rico, Cuba and the rest of Central and South America that has made the United States the place where Latinos from everywhere interact. We have a vibrant culture that is as diverse as the origins of the people who créate and perform it. Huge muráis decórate the walls of barrios in the Southwest, with their mix of Indian and Spanish motifs symbolizing Aztlan, formerly the Aztec and now the Chicano homeland. In Miami and New York mixtures of Afro-Caribbean music and Afro-American jazz became salsa, to which people throughout America and América dance. In Austin, Quechua speaking Indians from the Andes play their charangos, quenas, and panpipes for country, blues, rock, and rap. In Chicago, Anglos may listen to Latin influenced rock of "Los Lobos" or "The Miami Sound Machine," while waiting in a Bolivian doctor's office, before dining at an Argentine beef house. In St. Louis, our intelligentsia attends a lecture by a Chilean novelist before seeing a film by a Spanish director and eating "vegetarían tacos" of nopalitos (cactus), salsa, and cheese. There is now but one America. North and South live together, next to one another on the same urban or suburban streets in Buenos Aires, Santiago, Bogotá, Ft. Lauderdale, San José, Kansas City, Seattle, and Trenton. Economics and polines, feast, revolution and famine have now brought us together. Hispanic art and culture contribute openly to the diversity and change that have long been America's strength. In this, Utah is like the rest of the nation. It too has a growing, diverse, and culturally rich Hispanic population. The only differences stem from Utah's own history and economy. Like most of the West, Utah has a very large population whose ancestors originated in México. Because of Utah's cióse proximity to the Spanish-speaking homeland of northern New México and southern Colorado, people the Mormons met in their southward expansión, we have an oíd and relatively large community in constant movement between the Wasatch front and their placitas (villages) at home. We have relatively small Puerto Rican and Cuban populations, since they primarily settled on the east coast and only recently have begun to expand to other states. And, we have a complex scattering of people from every South and Central American nation. De hecho, Estados Unidos es el cuarto país del mundo donde más se habla español. Nuestros hispanos nacidos aquí han visto que su cultura se ha reforzado con una ola de inmigración de México, Puerto Rico, Cuba, y el resto de Centro y Suramérica, la cual ha hecho que Estados Unidos sea uno de los lugares donde los latinos de todas partes se relacionan los unos con los otros. Tenemos una cultura enérgica tan variada como el origen de la gente que la crea y la practica. Hay grandes murales que adornan las paredes de los barrios en el suroeste del país con su mezcla de temas indígenas y españoles. Simbolizan a Aztlán, que antes fue la tierra de origen de los aztecas y ahora es de los chícanos. En Miami y Nueva York la combinación de la música afroanti-llana y el jazz afroamericano se convirtió en lo que se conoce hoy en día como la salsa, la cual se baila en toda la America y América. En Austin, Texas hay indígenas de los Andes que hablan quechua y tocan charangos, quenas y zamponas para los "yuppies," mientras que la música tradicional tejana se entremezcla con la música "country," los "blues," el "rock" y el "rap." En Chicago los anglos pueden escuchar el rock latino de Los Lobos y Miami Sound Machine mientras esperan la atención de un médico boliviano para luego ir a cenar a un restaurante argentino. En St. Louis, Missouri los intelectuales eschuchan la conferencia de un novelista chileno antes de ir a ver una película de un director español y comer tacos vegetarianos hechos de nopalitos, salsa y queso. Hoy en día sólo existe una América; el norte y el sur viven juntos. Comparten las mismas calles urbanas o suburbanas de Buenos Aires, Santiago, Bogotá, Ft. Lauderdale, San fosé, Kansas City, Seattle y Trenton. La economía, la política, las fiestas, las revoluciones y el hambre nos han unido. El arte y la cultura hispana fuertemente contribuyen a la variedad y al cambio que han sido por mucho tiempo la fuerza de América, norte y sur. Utah en esto se asemeja al resto de la nación; también tiene una población hispana en crecimiento, variada y rica en cultura. Las diferencias provienen de la historia y la economía particular de Utah. Al igual que casi todo el oeste de la nación, Utah tiene una gran población cuyos antepasados provienen de México. Por la proximidad entre las tierras hispanas de Nuevo México y el sur de Colorado, cuyos habitantes chocaron con los mormones cuando los primeros se expandían para el norte y los segundos para el sur, en Utah se encuentra una colonia numerosa en constante migración entre las Wasatch y sus placitas de origen. Asimismo, tenemos pequeñas poblaciones de puertorriqueños y cubanos, ya que principalmente se establecieron en el este de la nación y sólo hace poco han comenzado a moverse a otros estados. Además, tenemos un grupo complejo de gente de todos los países de Centro y Suramérica. |