Apostolicos Afanes

Apostolicos_Afanes 112

2o6 APOSTOLrCOS· AF"ANES' ayudaffen a (embr~l.r un campo' que prometia de to~ dos n1odos tnui abundanres cofechas, y nus co_n _la ayuda de orros tres Obreros Evangel ices, que vuue­ron de nuevo, y fueron los Padres Urbano de. Co­varrubias, a quien envi6 el Padre Vilitador Anas at Pueblo de Santa Gertrudis, Cl1rilloval Lauria, que co­mo verimos defpues, fe dellin6 para Mi!l'ionero Caf~ trenfe, y el Padre Reror Manuel Fernandez, que fue Mi!l'ioncro del Pueblo de Santa R.of.1. Ellando el Na­yar ran foffcgndo, comenz6 el Demonic enfurecido de ver tantas almas arrancadas de fus ufias, y que por inftantes fc lc qnirava un Reino ran amiguamcnre poifeido, a rebolver los animas de los que halla en­tonces havian lido fuyos. A fines del af1o de veinte, y tres bolvi6 de fu cafa a.Jefta Provinda·el Governador, y luego procu­r6 el infernal cncmigo·facarle otra- vcz, para que, lle­vando conligo la mayor parte de los Soldados, fe fa­cilitaife el paiiO a Ia oifadia, que niaqminava. El mo­tive, que oblig6 a falir luego al Gefe de ella Provin­< Oia, fue ~m rumor falfo, de que fe havian villo ln­dros ·Tobofos en las fronrerasde e![e Reina. Y ann­quo los <J.llC. havian wvido en Ja. Vizcaya' y fabian )a dillanc1a, que hai de las rierras de cfios fcroces Barbaros al Nayar, nunca· dieron aifenfo, y proCLI­raron defvanecer los rezelos de aqucl prudenre vigi­lante Cavallero , con rodo tcmiendo el daf10, que pod ian cauf.1r, li ponian el pi~ dcntro de c(l'a Sier­ra, eltuvo firme en fu· dicl:an1en, y rcfolvi6 impe­mrles Ia entrada. Sali6, y defpues de haver camina­do muchas teguas, bolvi6 a clfa Provincia defenga­fiado del rodo. Pero los Nayeres fe havian ya ran cn­tregado al engalio de fer cicrro, que los Tobofos ve­nian a focorrcrles, que no pudo defcngaiiarles la buel­ra de nuellras Efquadras, para reconocer por falfa la noticia. Los inll:rumenros, de que el Dcn1omo fe va .. li6, las arras canfas, que concurricron, y l~s mo• uvos, LIBRO I. CAP. XXIV. 207 tivos, que influycron a Ia conjur:tcion, cs y~eci(o ca­jlarlcs; porquc rcmo, que lJ. plurna al r.ctenrlcs con~ vicrra en borrones las lcrras, con fmuoJO de Ia mo­~ ellia. Los efeCl:os fueron tragicos , y tan lallimofos, gue todavia f.lGt Iagrimas del corazon fu recucrdo. ' El dia primero de Enero del af1o de veinte, Y snarro acudi6 al Pueblo de Ia Sanrii!ima Trinidad al Santo Sacrificio de Ia MiffJ., tan numerofo concnrfo de Nayeres, que huvicra puello en cuidado, li no Ce huvicife atribuido, affi a Ia folemnidad de aquella Fiefia, como a Ia nan1ral curiolidad de los Indios en ver al Governador, que fe hallava en el l'refidio. Y aunque todo aquel dia fc advirri6 > que hazian con­tinuas Juntas,. no fc ofreci6 el m.enor rezelo, hafl:a que elliguicntc defpues de haver defa.mparado ell'ue· Dlo' COU1CI1Z6 la reflcxa a hazer rardas .inuriles. con­vinacioncs. Agnella mifma nocne, lin fentirlo las Cen­tinclas, fe retuaron todos Los. Indios con tan cautelo .. fo lilencio, que ni fe rcco~10ci6 Ia aufencia, halla que l• luz del dia bizo conocer, que elta.van folos los ~oldodos en cll'relidio, y en el Pueblo unicamenre el Padre Juan Tellez, y cl Padre Urbano de Covar­tubias , que havia vcnido de Santa Gcrtrud.is a tracar con cL Go\leriJador a.Jgunos puntos , que pedi:.tn pron­ta providcocia,. havicud.o dexado aqucl Pueblo, y eL de Sama Tltercfa tan quiecos, ran gufrofos, y affi(­tentes a la Doc.hina ,, que: nunca mcnos fe podia fo.f­pechar,. que les. pudiera inquietar d exemplo, ni las perfualioncs de los Mcfciios; y aunque, para mas af­( l:gurarlo, quifo relliruirU: a fus dos Pueblos, con que 3: to que parcce fe huvieran n1anrenido folfcgados, no c<;mvino el Gove.rnador, por nus que fe lo rog6, p!Jr remer fln duda alguna alevof1a en tan criricas cir· GUnfiancias. Mas refolvio feguir, au11que· no ii larga dillan­< tia ,, a los de Ia Me fa, y palf6 con el Capitan Don Alont.O. de. Reina 1 y: competeJ+te nunu:ro de. Solda­dos.